“Destacar la pluralidad de caminos recorridos por mujeres artistas”. Este es el objetivo de Raphaëlle Stopindirector del Centro Fotográfico de Rouen Normandie y ex director artístico del festival de Hyères. Este año le tocó a ella imaginar el curso de fotografía Elles x Paris, un programa dedicado a mujeres artistas realizado en colaboración con el Ministerio de Cultura y con el apoyo de Mujeres en movimientoun programa de Kering para destacar a las mujeres en el arte y la cultura. Es gracias a este mismo programa que la representación de mujeres artistas en la feria ha aumentado significativamente desde 2018, pasando del 20% al 38%.
Con énfasis en una búsqueda furiosa de libertad, esencial en el contexto geopolítico actual, donde hombres misóginos y violentos son constantemente conducidos a las puertas del poder a través de las urnas, Paris Photo presenta una exigente selección de artistas de orígenes plurales, desde diferentes generaciones. “Existió entonces el deseo de prestar especial atención a los fotógrafos que desarrollaron sus obras en la posguerra y en las décadas siguientes, para no privar de esta nueva atención a las generaciones anteriores, las que más sufrieron esta omisión de la historia. ante el aporte artístico de las mujeres” declara Raphaëlle Stopin. El resultado es un fresco de 44 mujeres, o 44 historias y recuerdos dispares, como una nebulosa de experiencias femeninas que tiene lugar dentro de los límites del Grand Palais. Vogue francesa ha seleccionado cinco favoritos que no deben perderse durante la feria, que tendrá lugar del 7 al 10 de noviembre de 2024.
Frida Orupabo, los cuerpos desmembrados (STEVENSON)
Hay algo fascinante, casi tan aterrador, en la obra de Frida Orupaboartista noruego-nigeriano afincado en Oslo. ¿Su prototipo de trabajo? Collages a escala humana de cuerpos negros, a menudo en blanco y negro, que recuerdan en ciertos aspectos a los collages surrealistas mexicanos (como los de Lola Álvarez Bravo) o las obras resultantes del movimiento dadaísta en Francia. Estas obras nacen en Internet, en el cruce de sitios como Ebay, Tumblr o Google, que permiten al artista y al artista visual encontrar una infinidad de imágenes insólitas que roban sin miramientos. A través de su mirada, vuelven a la vida, en collages inspirados en películas de terror antiguas o pin-ups de los años cincuenta y sesenta. El resultado es una cierta reflexión sobre la noción de posición y performance: los modelos de. Frida Orupabo a veces son libres, a veces encarcelados por sus propios miembros. En ocasiones, estos collages se emancipan de la pared para convertirse en esculturas y ocupar íntegramente el espacio. Una manera, para alguien que también es socióloga, de cuestionar las nociones de género, sexualidad e incluso violencia, a través de sus cuerpos desarticulados, como para denunciar la brutalidad que sufren los cuerpos de las mujeres, y especialmente de las negras.
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