En un artículo reciente, el diario Le Monde estimaba que los drones navales eran ahora “armas decisivas” para el combate naval. Y para respaldar su punto citando los éxitos obtenidos por las fuerzas ucranianas contra la flota rusa del Mar Negro gracias, en parte, al uso de este tipo de embarcaciones pilotadas a distancia. Si Rusia se viera efectivamente obligada a retirar algunos de sus barcos del puerto de Sebastopol [Crimée] y que Ucrania, aunque carecía de una marina digna de ese nombre, pudo mantener abierto un corredor necesario para la exportación de sus cereales, la realidad es un poco más complicada.
En primer lugar, no todos los barcos rusos dañados y/o hundidos por los ucranianos fueron atacados por drones de superficie. Así, por ejemplo, el crucero Moskva, el buque insignia de la Flota del Mar Negro, fue enviado al fondo por misiles antibuque Neptune. Lo mismo ocurre con el submarino Rostov del Don, alcanzado por misiles de crucero SCALP EG / Storm Shadow mientras se encontraba en dique seco en Sebastopol.
Luego, y aparte de estas dos unidades “emblemáticas”, la marina rusa logró conservar sus barcos equipados con capacidad de ataque terrestre y, como señala el capitán de fragata François-Olivier Corman en las páginas de la revista Conflits, “mantener el control de zonas marítimas prioritarias para su abastecimiento, como el Mar de Azov”.
Y el coautor del tratado de estrategia naval “Ganar en el mar en el siglo XXI” señala que “el tonelaje de los barcos rusos destruidos o dañados”, en su mayor parte “próximo a expirar según los estándares occidentales, es “apenas igual” al de Barcos ucranianos destruidos por Rusia desde 2014. Además, cree, “el partido es, por tanto, un empate […] o al menos su resultado es menos desigual de lo que nos gustaría creer”, lo que “nos obliga a cuestionar la eficacia de la estrategia ucraniana”.
Claramente, todavía es demasiado pronto para decir que la “guerra de guerrillas naval” practicada por los ucranianos les permitirá ganar la batalla del Mar Negro.
El jefe del Estado Mayor de la Armada francesa, el almirante Nicolas Vaujour, comparte esta observación. “Es en el mar donde Ucrania ha logrado la mayoría de sus logros. Esto se debe a la excelencia de sus ingenieros y marineros, su capacidad para adaptarse y utilizar las tecnologías a su favor. Esta táctica ha sido particularmente efectiva en un mar cerrado, el Mar Negro, donde las capacidades disruptivas pueden producir el máximo efecto. El equilibrio asimétrico de poder se ha vuelto, en el mar, en beneficio de los ucranianos. Pero el poder ruso todavía se expresa al fondo de la cancha.[t] : es su profundidad estratégica en un territorio gigantesco o en la inmensidad del Océano Atlántico”, explicó, en una entrevista transmitida por el Instituto de Estudios Avanzados de la Defensa Nacional. [IHEDN].
Sin embargo, si, de momento, no toman solos la decisión, los drones navales –de superficie o submarinos– serán imprescindibles en el futuro, ya sea para dar “masa” a una fuerza naval o para realizar tareas específicas. [lutte anti-sous-marine, guerre des mines, renseignement, etc.].
Mientras tanto, y mientras la Ley de Programación Militar [LPM] 2024-30 prevé una dotación de 5.000 millones de euros para “drones y robots”, la Armada francesa no ha especificado sus intenciones en materia de drones de superficie [USV]. Por el momento, se centra en el programa SLAM-F. [Système de lutte anti-mines marines du futur] así como en el proyecto de demostración de drones submarinos de la UCUV [Unmanned Combat Underwater Vehicles]confiado al Grupo Naval.
Pero sin duda está esperando a ver… En cualquier caso, tuvo la oportunidad de probar el USV SeaQuest S, que Naval Group presentó oficialmente en la feria Euronaval 2024. De hecho, según el industrial, este dron de superficie fue recientemente “. probado con éxito” con una fragata multimisión [FREMM] de la Armada Nacional.
Diseñado por Sirenha, filial del Grupo Naval, en colaboración con el astillero Couach-CNC, el SeaQuest S encabeza una gama de drones de superficie dedicados al combate colaborativo. Con unas medidas de 9 metros de largo y 3 metros de ancho, podrá equiparse con diferentes cargas útiles en función de las misiones que deba realizar. [reconnaissance, ciblage, guerre électronique, surveillance maritime, lutte ASM, etc.]. Al poder operar solo o en enjambres, es capaz de navegar en condiciones marítimas difíciles.
“El Seaquest S se embarcó con éxito a bordo de una fragata de la Armada francesa. Se confirmó la modularidad y la flexibilidad: reconocimiento, escolta, protección portuaria y logística. Se está estudiando un concepto para la guerra antisubmarina y contra enjambres de drones”, resumió Naval Group, a través de la red social fuerzas navales.
Dicho esto, una de las preocupaciones con respecto a los vehículos estadounidenses es que es probable que rápidamente queden “obsoletos” tecnológicamente. “En Ucrania, pasamos de una versión a otra cada seis meses”, en particular “porque el adversario está poniendo en marcha defensas” para contrarrestarlas, resumió recientemente Pierre-Antoine Fliche, director del Grupo Naval, en las páginas de Defence. Noticias. “Esta es una de las razones por las que diseñamos SeaQuest como una plataforma altamente modular. […] porque sabemos que los USV evolucionan en un ciclo de seis a nueve meses”, concluyó.