“Aquí los magistrados son severos”: Jean-Jacques Dulong, después de más de cuarenta años en el colegio de abogados de París, se instala en Nérac

“Aquí los magistrados son severos”: Jean-Jacques Dulong, después de más de cuarenta años en el colegio de abogados de París, se instala en Nérac
“Aquí los magistrados son severos”: Jean-Jacques Dulong, después de más de cuarenta años en el colegio de abogados de París, se instala en Nérac
-

lo esencial
Jean-Jacques Dulong ha vuelto a trabajar, esta vez como abogado penalista en Nérac. Después de 45 años de actividad empresarial en París, su amor por la profesión le impulsó a volver a ponerse el vestido el año pasado.

En la casa familiar, que pertenece a la familia desde el siglo XIX, Jean-Jacques Dulong ha instalado su consulta. Siempre acompañado de Nixia, su perra, abandonó la capital en junio de 2020 para pasar unos días felices en Lot y Garona. Siendo la pasión, ante la jubilación el deseo de volver a ponerse el vestido era demasiado fuerte.

“Después del confinamiento, era el momento adecuado para vender mi consulta. Renové la casa de Nérac y quise irme”, confiesa el septuagenario. “Mientras pueda física y mentalmente, seguiré”, admite después el abogado. Fue en 1977 cuando Jean-Jacques Dulong prestó juramento en París. “Conocía la región más como un parisino de vacaciones que como un verdadero residente”.

Selva parisina

Hay que reconocerle el seguimiento de las obras de construcción en el bulevar Haussman y en la calle Saint-Honoré. “Me dediqué principalmente a arrendamientos comerciales en el sector inmobiliario”, subraya este licenciado en historia y khâgne en el instituto Condorcet de París. Expedientes que cubrió por toda Francia. “Incluso le supliqué a Agen”.

Por tanto, ya no descubre el palacio de justicia de la ciudad de la prefectura. “Admiro a los abogados del Colegio de Abogados de Agen. Trabajan en condiciones difíciles. En comparación con París, no hay homogeneidad. Son 35.000, algunos ni siquiera ganan el salario mínimo”, confiesa el septuagenario.

Diferencias que conducen a diferentes hábitos de trabajo. “En materia penal, es la misma profesión, pero muchos en París no abogan. Son asesores, el 70% se dedican al comercio. En la capital hay lo que llamamos multinacionales legales que no existen en ningún otro lugar”, subraya el entusiasta de la historia antigua, para sobrevivir, hay que encontrar un nicho a diferencia de las ciudades de tamaño mediano.

Empezar de nuevo desde el principio

En Lot-et-Garonne, Jean-Jacques Dulong empezó de cero, “como un principiante”, bromea el abogado, acariciando a su perro que tiene a sus pies. “La idea nunca me abandonó. Quiero trabajar para ser útil. Por eso recurrí al derecho penal”, asegura este hombre que intentó hacer carrera política en su ciudad de Dourdan, en Essonne.

Como en sus inicios, se hizo cargo de los servicios penitenciarios. Una búsqueda de sentido que el experimentado abogado encontró en la ciudad de Jasmin: “Aquí encontré el gusto por la profesión, un verdadero regreso a mis raíces”. Más aún en un departamento rural. “Hay que estar preparado para tomar el coche y recorrer el país con la gendarmería para participar en la custodia policial. Esto me permitió redescubrir realidades sociales, en París, que se ha convertido en una ciudad de ricos y de diversión”, analiza Jean-Jacques. Dulong. Hay un empobrecimiento de las zonas rurales con la desaparición de muchos servicios públicos.

Lleno de entusiasmo, el experimentado abogado descubre las especificidades locales. “Creo que los magistrados son sensibles al sentimiento de inseguridad que reina, quizás por eso son severos”.

-

PREV Montreal ocupa el último lugar en la concesión de permisos de construcción en Quebec
NEXT La multinacional Siemens invierte 14 millones de dólares en Drummondville