La mañana de recogida de setas se convirtió en una pesadilla para este habitante de la península de Giens. Mientras terminaba su cosecha el pasado miércoles con dos amigos en Bormes-les-Mimosas (Var), Donovan, de 38 años, resultó gravemente herido por el disparo de un cazador. Golpeado en la espinilla, este padre, que espera su segundo hijo, tuvo que ser amputado por los médicos del Timone de Marsella. “Me había explotado la pierna”, explica el recolector de setas durante un largo testimonio ante Var Matin.
Según su relato, los cazadores no se encontraban en el sector de Cabasson cuando llegó a la recolección a las 7:30 a.m. “Los cazadores tuvieron que llegar un poco más tarde, colocar los carteles (nota del editor. Los carteles obligatorios que advierten a los caminantes que hay una caza en curso), publicar”, recuerda Donovan.
“Escucho una explosión”
Fue cuando regresaba hacia su vehículo cuando Donovan fue atropellado: “Estaba a unos cien metros del auto, estaba despejado, la zona estaba muy poco boscosa, iba por el camino donde estaba el cazador. Ni siquiera lo había visto y de repente escuché una explosión, pensé que había pisado una mina…”
Después del estupor viene el dolor. El herido grita, piensa lo peor, llama a sus amigos: “Me puse a gritar Baptiste, Baptiste, ayúdame que me voy a morir. Mi pierna había explotado, no quedaba nada. Me disparó con un elefante desde 20 m…”
¿Desde dónde disparó el cazador y en qué circunstancias? Se abrió una investigación para determinar esto. Pero Donovan, que no llevaba chaleco en el momento del accidente, ya se acerca a Var Matin: “No sé exactamente dónde estaba, no lo vi disparar. (…) Donde yo estaba no hay árboles, ni hongos. Dicen que estaba a cuatro patas pero estaba de pie con la cesta de setas en la mano. Si me disparó en la espinilla fue porque podía ver todo mi cuerpo. »
Según este empleado de bar que dice estar también acostumbrado a la caza y a la caza, “la culpa la tiene quien disparó sin haber analizado bien que no era caza, que mido 1,80 y que no soy un jabalí… “
“Debería dejar de decir que pensaba que era un jabalí”
Y su ira no se dirige a todos los amantes de la caza. “No culpo a los cazadores, a la caza, a la federación. Culpo a la persona que disparó. Debería dejar de decir que estaba en cuclillas y que pensó que era un jabalí… se molesta. No quiero castigar a nadie, pero los culpables tendrán que pagar por no prestar asistencia a alguien en peligro y disparar cuando no se puede ver al animal. » El padre asegura que, salvo un torniquete hecho con un suéter atado apresuradamente a su pierna, los cazadores no intentaron ayudarlo esa mañana.
Sobre todo, el herido, que acaba de salir de cuidados intensivos, se pregunta: “¿Pero por qué van a cazar allí, en plenas vacaciones, durante las setas en un lugar donde hay cientos de caminantes? »