Tras las mortales inundaciones en la región de Valencia, al menos dos marroquíes perdieron la vida y decenas están desaparecidas. Este mal tiempo, marcado por violentas lluvias, ha molestado a la comunidad marroquí, muy presente en esta zona.
Las recientes inundaciones en España se han cobrado la vida de al menos 213 personas en el momento de redactar este informe. Mientras los esfuerzos de socorro españoles continúan, una veintena de marroquíes siguen desaparecidos, sumiendo a la diáspora en la angustia.
En respuesta, el Consulado General de Marruecos en Valencia creó una unidad de crisis para ayudar a las familias, recopilar informes y colaborar con las autoridades locales en las operaciones de socorro. Se han abierto números de emergencia que permiten a las familias marroquíes seguir la búsqueda y denunciar la desaparición.
Apoyo implacable
Marruecos, a través de la voz del rey Mohammed VI, reaccionó rápidamente transmitiendo un mensaje de compasión a los soberanos, al gobierno, así como a todo el pueblo español amigo. Paralelamente a las acciones consulares, la diáspora marroquí en España se está organizando. Muchas asociaciones marroquíes también se han movilizado para recaudar fondos y distribuir ayuda a las familias afectadas.
A través de colectas de donaciones y acciones de voluntariado, ayudan a apoyar a las familias afectadas, asegurando así una ayuda inmediata y tangible. Más de cuatro días después de la tragedia, las operaciones de rescate continúan, y las autoridades españolas movilizan equipos por tierra, mar y aire para encontrar a las personas desaparecidas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado que se mantendrán todos los esfuerzos para minimizar las pérdidas. Mientras las zonas afectadas se recuperan progresivamente, la atención sigue centrada en el seguimiento de los desaparecidos, en particular de las familias marroquíes que esperan noticias tranquilizadoras.
Una crisis sin precedentes
Esta crisis sin precedentes ha llevado al gobierno español a declarar varias regiones “gravemente afectadas”. Pedro Sánchez, jefe del Gobierno español, anunció que en el Consejo de Ministros de este martes se hará una declaración oficial para clasificar como zonas de desastre a las regiones de Valencia, Castilla-La Mancha, Andalucía, Cataluña y Aragón, en el marco de la emergencia de protección civil.
Este estatus permitirá a las regiones acceder a ayuda de emergencia para hacer frente a los graves daños y pérdidas humanas sufridas. Para reforzar las operaciones de socorro, España está movilizando recursos sin precedentes, con el inminente envío de 5.000 militares y un contingente adicional de 5.000 policías y guardias civiles. Estos refuerzos apoyarán los esfuerzos ya desplegados por los equipos locales y nacionales para encontrar personas desaparecidas, restablecer el orden y proteger las zonas más afectadas.
Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, destacó la falta de cifras definitivas de personas desaparecidas, mientras continúan llegando llamadas de ayuda en las redes sociales de familiares desesperados por tener noticias de sus seres queridos. Según continúan las investigaciones, la crisis deja a la sociedad española ante una catástrofe calificada por Sánchez como “el mayor desastre natural del país en la historia reciente”, pidiendo solidaridad nacional e internacional en este período de luto y reconstrucción.
Un intenso fenómeno meteorológico
Las recientes inundaciones en España, que azotaron con fuerza la región sureste del país, son el resultado de un intenso fenómeno climático conocido como “Dana” (Depresión Aislada en Niveles Altos). Esta violenta depresión atmosférica está provocada por el descenso de una masa de aire frío a gran altura, desprendida de la corriente en chorro, explica la Dirección General de Meteorología.
Este fenómeno genera una importante inestabilidad porque entra en contacto con una masa de aire cálido y húmedo procedente del Mediterráneo. Este contraste térmico provocó fuertes corrientes ascendentes que provocaron fuertes precipitaciones, tormentas y fuertes vientos, que provocaron inundaciones devastadoras en las regiones afectadas, en particular los días 29 y 30 de octubre de 2024.
El sureste de España, con su clima mediterráneo y la presencia de masas de aire húmedo, fue especialmente vulnerable a este episodio de Dana, provocando numerosos daños materiales y pérdidas humanas. Aunque Marruecos no se vio tan afectado, la depresión aún tuvo repercusiones, con aguaceros y tormentas eléctricas en las regiones norte y central del país, así como en las montañas del Rif y el Atlas.
Algunas zonas, como Tánger-Med y Fnideq, registraron precipitaciones importantes, con niveles que alcanzaron los 100 mm y 84 mm respectivamente. Esta precipitación también provocó nevadas en las montañas del Medio y Gran Atlas, lo que demuestra la magnitud de esta depresión meteorológica. Los episodios de Dana afectan periódicamente a Marruecos, provocando precipitaciones notables, aunque menos intensas que las observadas en España.
Faiza Rhoul / Inspiraciones ECO