► De qué se trata
“Señora, señor, buenas noches, son las 8 p.m. » Este estribillo, símbolo del encuentro universal que representan desde hace tiempo los informativos televisivos, es el punto de partida de los autores: Mathieu Souquière, Aure Goffman, Raphaël Llorca, entre otros. Si bien se dice que Francia está multifracturada, exploraron nuestra vida cotidiana para dibujar un caleidoscopio del país al final del día. Las 8 de la noche es hora de volver a casa, cenar, ir a un espectáculo, acostarse o incluso ver la televisión. Se abordan así una docena de temas para comprender mejor la vida de los franceses. Con cifras que lo respalden, disipan la idea de que están profundamente divididos.
Sus actividades, sus gustos y sus deseos divergen pero quizás no todo esté tan segmentado. Un ejemplo: ¿estaría la Francia popular de Cyril Hanouna, frente a la más urbana del espectáculo? A diario en TMC? Según el politólogo Tristán Guerra, las fronteras son más complejas. Parece, en los detalles de las audiencias, que los fieles de No toques mi publicación También ven el programa de Yann Barthès más que la media.
► Para quién es
Esta inmersión en Francia a las 20 horas se hace con un optimismo casi obstinado. Por tanto, los defensores del vaso medio lleno tendrán motivos para tener esperanzas. De hecho, la obra nos invita a creer que cada problema que vive la sociedad, lleva consigo parte de la solución. Las naturalezas más escépticas dudarán más, pero también tendrán algo para alimentar su reflexión, ya que los temas son variados. Cabe destacar también el gran lugar otorgado a la cuestión de las pantallas.
► Lo que pensamos
Una idea fantástica para explorar Francia en esta hora simbólica. A partir de una unidad de tiempo banal, los autores tejen un vínculo entre conciudadanos con realidades lejanas. En lugar de alimentar el discurso de un país demasiado fragmentado para entenderse a sí mismo, la obra tranquiliza revelando vínculos. Ciertamente, hoy en Francia todo o casi todo contrasta entre un adolescente en su habitación y un jubilado en una residencia de ancianos. Pero en este “casi” reside la esperanza de los autores. En última instancia, ¿no se enfrentan los adolescentes y los jubilados, a su manera, a los mismos trastornos digitales? ¿El mismo peligro de la soledad? ¿Las mismas preguntas sobre el apoyo político a su grupo de edad? Aunque a veces roza la franqueza, esto Francia a las 20 h. calienta los corazones.
Obra coordinada por el colectivo “Les choses de la vie”, Éditions de l’Aube, 224 p., 18 €