Par
Daniel Chollet
Publicado el
2 de noviembre de 2024 a las 6:46 p.m.
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La isla de Herblay se extiende sobre 16 hectáreas, entre las orillas de la ciudad de Herblay-sur-Seine (Valle del Oise) y los de la estación de Sena-Aval de enfrente.
Este lugar deshabitado adquirido por el Departamento alberga alrededor de un centenar de especies de plantas y 41 especies de aves que acuden aquí para alimentarse, descansar y reproducirse.
Veredicto científico
Con el apoyo del Consejo Departamental de Val-d’Oise, el proyecto de creación de un “ santuario de biodiversidad sin precedentes en Île-de-France”, que consiste en reconstruir un “mosaico de hábitats” (prados, zonas boscosas y humedales) para ser objeto de observación por parte de los científicos, es criticado por algunas asociaciones ecologistas, entre ellas el Gnsa, estimando que este programa de 2,7 millones de euros iría “contra natura”.
“La isla sufre por su pasado antropizado”
Un proyecto defendido por el Consejo Departamental. “A pesar de su aspecto verde, la isla de Herblay adolece de su pasado antrópico. De hecho, se utilizó para el cultivo de cereales hasta la posguerra, luego se abandonó, lo que propició el desarrollo de una vegetación (…) banal y poco interesante desde el punto de vista ecológico. Además, la isla está invadida por especies exóticas o no reguladas. Por eso, antes de dejarlo evolucionar libremente, es necesario realizar acciones de renaturalización”.
Las medidas tienen como objetivo, en particular, reducir la altimetría de la isla para “promover la expansión de las inundaciones”.
Los humedales así creados y conectados por una red de estanques y canales serían, según el Consejo Departamental, “más ricos en biodiversidad”. Se crearía una zona de césped en casi media hectárea y se construiría un muelle para que los científicos tuvieran acceso al lugar para seguir la evolución de la isla.
El proyecto fue criticado por la Oficina francesa de Biodiversidad que, en una carta dirigida a los servicios estatales, estimó que el programa de trabajo previsto “plantea interrogantes sobre la destrucción de especies y hábitats”. Además, el valor añadido ecológico que presenta el desarrollo parece poco fundamentado”.
Preguntas del consejo científico
Las asociaciones cuentan ahora con otro elemento para cuestionar el proyecto, el dictamen del Consejo Científico Regional del Patrimonio Natural (Csrpn).
Este cuerpo de expertos, bajo la autoridad del Prefecto Regional y del Presidente del Consejo Regional, tomó posición el pasado mes de marzo tras la presentación del proyecto al Consejo Departamental.
Si “hay que subrayar la ambición y los medios comprometidos por el Departamento para este proyecto (…) la pregunta que finalmente formula el Departamento al Csrpn, en esta etapa del proyecto, podría formularse de la siguiente manera: ¿es preferible ¿Dejar el sitio en libre evolución como está hoy o emprender trabajos de ingeniería ecológica de vez en cuando dejar que toda o parte de la isla evolucione libremente?
El primer escenario constituiría una oportunidad única y un experimento para estudiar la resiliencia de dicho ecosistema. El segundo escenario, más intervencionista, sugeriría una mejora más rápida de la biodiversidad existente en la isla”, pero plantea “cuestiones”.
“El Csrpn no fomenta realizar desarrollos ecológicos y luego dejar que la isla evolucione libremente para ver mejorar su biodiversidad. [qui] es, por tanto, favorable a (…) un escenario a favor de una visión menos intervencionista, con la principal recomendación de orientar los recursos financieros hacia el establecimiento y la implementación a largo plazo de un seguimiento científico del sitio frente a los cambios globales, a través de la evolución de su biodiversidad y su naturalidad”.
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