En Marsella, una propietaria descubrió una casa que alquilaba en un estado lamentable después de cuatro años de lucha con sus antiguos inquilinos, que le debían casi 30.000 euros de alquiler impagado.
Suelos grasientos, residuos esparcidos por el suelo, paredes ennegrecidas y muebles destartalados, Juliette, propietaria de una casa de alquiler en Marsella, encontró su alojamiento en “un estado lamentable” después de cuatro años de lucha contra sus antiguos inquilinos.
“Serán procesados por lo que deben, no me rendiré”. Según el propietario, los antiguos residentes han acumulado 28.000 euros de alquiler impagado, a los que se suman los honorarios del alguacil, gracias al cual pudo encontrar las llaves del alojamiento, y los honorarios del abogado.
8 a 10.000€ de trabajo requerido
Cuando regresó al interior, el propietario describió el estado “lamentable” del local. “Era una casa que era perfecta. […] las paredes estaban completamente blancas”, se lamenta, notando el color amarillento. “Están negras, hay agujeros aquí y allá. Nos preguntamos qué hicieron.” Orejas amarillentas, sillas destartaladas, en total el propietario calcula que se necesitarán entre 8 y 10.000 euros de trabajo para la restauración.
“Tenemos que hacer un trabajo nuevamente y vamos a trabajar en ello para que sea agradable y podamos venderlo. No quiero tener que volver a escuchar más sobre estas personas que dañaron la enfermedad de mi hijo. Marido.” Con el dinero de la venta, la propietaria quiere pagar la atención médica de su marido, que padece Alzheimer.
Para evitar más decepciones, los propietarios decidieron cambiar las cerraduras y asegurar el local. Ahora, el propietario, que asegura que los antiguos inquilinos no son solventes, está a la espera de que se le reembolse paulatinamente.