lo esencial
La fiscalía de Cahors confirmó a La Dépêche que se está llevando a cabo una investigación sobre hechos calificados de violación y agresión sexual contra dos niños, de 7 y 11 años respectivamente, por otro menor de 13 años.
En los segundos que siguen, cuando le contamos el propósito de nuestra llamada, escuchamos que se le hace un nudo en la garganta. Sin verla, ya la imaginamos al borde de las lágrimas: “No sabemos si otros niños podrían haber sido víctimas”, solloza Virginie*. Si llamamos a esta madre que vive en un pequeño pueblo del cantón de Luzech, es porque El despacho Se supo que dos niños de 11 y 7 años respectivamente fueron entrevistados por los gendarmes de Gourdon a mediados de agosto para denunciar actos de violación y agresión sexual. Al mes siguiente se presentaron denuncias. El despacho Pudo reunirse con los padres de las víctimas, quienes culpan a un niño de 13 años. El hijo de Virginie, Jean*, de 11 años, fue presuntamente víctima de violación.
“Mamá, es verdad”
Como suele ocurrir en este tipo de negocios, no podríamos haber sabido nada. El punto de partida de esta historia es una madre, Aurélie*, cuyo hijo de 7 años supuestamente fue agredido sexualmente por este niño de 13 años. Este último habría aprovechado la noche para actuar cuando llegó a dormir a la casa familiar de Aurélie. Luego logró tocarle los genitales en contra de su voluntad. Pero el pequeño tenía “suficiente carácter” para decir que no y que las cosas no llegaran más lejos, explica Aurélie.
Las cosas no se detienen ahí. En este pequeño pueblo de Lotois donde todo está contado, Emilie descubre por un familiar del presunto agresor el nombre de otro niño que habría sido su víctima: Jean. Emilie alerta a su familia.
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Para saber qué está pasando, los padres de Jean primero interrogan a su hermano mayor para ver si ha notado algo. Respuesta negativa, pero se encarga de hablar con su hermano menor al respecto: “Mamá, es verdad, mamá, es verdad. » Estas son las palabras de este hermano mayor, presa del pánico, que llama a sus padres para contarles la noticia. Jean admitió haber sido “tocado” por el presunto agresor. “En cuanto nos vio, se desplomó en el suelo, llorando, mientras se disculpaba”, cuenta hoy su madre, alterada y con la garganta todavía apretada por los sollozos. “A partir de ahí entendimos que algo había pasado. Llamamos a los padres, vinieron con el niño. Aún no está claro qué pasó en ese momento. Pensábamos que se habían estado haciendo pajas”, dice el padre.
Sólo más tarde comprenden que los hechos son mucho más graves. En primer lugar, habrían durado al menos dos años. “Fue entonces cuando nos dimos cuenta de muchas cosas. Como durante dos años estuvo revolviéndose el cabello, tenía un agujero en medio del cabello. Pensamos que era falso. Entendimos que hacía años que no se sentía bien consigo mismo”, continúa el padre.
“Esperamos que les quiten a sus hijos”
En cuanto a los hechos, hacen temer lo peor a los padres: “Nos dio información, pero no tuvo fuerzas para contarnos más. La investigadora de la gendarmería no tenía derecho a darnos información tras su entrevista. Pero aclaró que si no había habido penetración, en su opinión hubo violación. »
¿Se podrían haber evitado estos hechos? Los padres están convencidos de ello. Como esta vez en que el padre del presunto agresor sorprendió a los dos niños tocándose. Ese día, se enfureció y dejó a Jean en casa de sus padres, pero sin decírselo. “No entendemos por qué desde el primer incidente los padres no reaccionaron para asegurarse de que su hijo no terminara solo con otros. Lo dijimos alto y claro en el pueblo. Esperamos que les quiten a sus hijos porque no están haciendo su trabajo”, afirman los padres de Jean que, al aceptar testificar ante El despachoquieren creer que otros padres preguntarán a sus hijos si pudieron haber sido víctimas del adolescente. Y contactar con la justicia.
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“Lo importante es que se haya roto lo no dicho, que se pueda ayudar a todas las víctimas, al agresor y a las familias afectadas para que estos hechos no vuelvan a ocurrir. “Que todos sean conscientes de que los niños deben aprender desde temprana edad las prohibiciones fundamentales y el concepto de consentimiento”, dice la madre del niño de 7 años. Los padres de los dos niños agredidos se sumaron a la denuncia. Pero al menos otro podría ver la luz (ver en otro lugar).
Cuando fueron contactados, los padres del presunto atacante no quisieron hacer comentarios. Por su parte, la fiscalía de Cahors confirma que se está llevando a cabo una investigación.
“Tienes que dejarme hacerlo”.
Si se han presentado dos denuncias, una tercera podría ver la luz. Ya que otro niño, Jules*, esta vez de la misma edad que el presunto agresor, denunció hechos similares a sus padres. “Mi mujer quiere presentar una denuncia pero primero quiero reunirme con asociaciones de apoyo a las víctimas para poder elegir el procedimiento correcto, la forma correcta de hacer las cosas”, nos cuenta el padre de la víctima que vive en el mismo pueblo que su presunta víctima. atacante. “Mi hijo está al borde del autismo, queremos que nos apoyen en nuestro enfoque. »
Atacado en el autobús escolar
Más precisamente, fue en el autobús escolar, durante la primavera de 2024, donde esta estudiante de secundaria fue presuntamente agredida sexualmente. “Le dijo una frase que nos tomó por sorpresa: ‘Tengo necesidades. Tienes que dejarme hacerlo porque si no me veré obligado a asumirlo con gente más pequeña, con otros’. Ésta no es la fraseología de un niño de 13 años”, se preocupa el padre.
Al no poder presentar una denuncia, los padres de Jules llamaron a la gendarmería de Gourdon para explicar que estaban disponibles, en caso necesario: “Nos hubiera gustado que le escucharan muy rápidamente, de lo contrario tememos que esto le influya”. Pregúntale, queremos que sea auténtico. »
Para este padre desolado, también es urgente que se revelen los hechos: “Debemos proteger a los niños que entran en contacto con este atacante”, cree, admitiendo su impotencia. “También nos damos cuenta de que estamos muy indefensos y que no sabemos cómo reaccionar. Y luego, en algún lugar, queremos huir, dejar todo atrás. »
El primer nombre ha sido cambiado.