Es un regalo básico en casi todos los armarios:
atún enlatado. Consumido por millones de personas, este producto es muy apreciado, sobre todo por su practicidad. Sin embargo, una encuesta realizada por la ONG Bloom en colaboración con Foodwatch reveló Resultados de análisis que son cuanto menos preocupantes.como se reveló suroeste.
La investigación analizó así 148 latas de atún extraídas de varios países europeos, incluida Francia. Y los resultados son abrumadores: todas las cajas analizadas contienen mercurio. Peor aún, más de la mitad de las muestras
exceder los límites de contaminación permitidos para otras especies de pecesal igual que la caballa, cuyo umbral se fija en 0,3 mg/kg. Entonces, ¿cómo podemos explicar la situación?
Conservas de atún contaminadas con mercurio: asociaciones denuncian una norma a favor del comercio
De hecho, el umbral de tolerancia para el atún es mucho más alto, hasta 1 mg/kg. Pero, como señalan las asociaciones, a largo plazo, la exposición regular al mercurio puede provocar problemas de salud gravesparticularmente neurológico.
Y si la tolerancia es tan alta para el atún, sería por una buena razón a los ojos de Foodwatch. “El atún es el pescado más pescado y consumido con normas más laxas. Fue hecho para proteger el comercio y no a los consumidores.“, denuncia la asociación. ¿Son entonces los intereses económicos más importantes que la salud pública?
Una marca francesa en el visor
Y si pensaba que las marcas francesas eran seguras, piénselo de nuevo. La encuesta señala una marca muy conocida por los consumidores: Barco pequeño. Su lata de bonito del norte al natural luciría niveles de mercurio que alcanzan los 3,9 mg/kgmás de diez veces el límite establecido para otros pescados, y muy por encima del 1 mg/kg mencionado anteriormente. Una situación que empuja a las ONG a exigir medidas urgentes a las autoridades.
Según Camille Dorioz, directora de campañas de Foodwatch, es imperativo que Los distribuidores dejan de vender productos. cuyos niveles de mercurio superen sin demora el umbral más estricto de 0,3 mg/kg. Las asociaciones también piden a los líderes políticos europeos que
armonizar las normas de seguridad sin demora
para evitar desviaciones que podrían tener graves consecuencias para la salud pública.