Ya había corredores en solitario que se habían agrupado para realizar unos entrenamientos conjuntos con el objetivo de compartir escenarios e intentar animar a todos. Thomas Ruyant y Sam Goodchild han ido aún más lejos al crear un establo donde “todo está abierto”. En menor medida, hicieron lo propio Jérémie Beyou y Justine Mettraux, que compraron el barco del primero.
“Cuando empezamos con Sam (Goodchild), desde el primer intercambio intentamos ver cómo podíamos colaborar de forma inteligente. La idea era definir qué podíamos intercambiar y compartir. Y rápidamente nos dijimos que no debería haber barreras ni filtros. De hecho, lo hacemos todo juntos”, explica Thomas Ruyant.
“Ya no dejamos solo al pontón”
En cuanto a Justine Mettraux, la colaboración con Jérémie Beyou es un poco menos extensa pero le ha ahorrado tiempo: “Todos los datos entre nuestros dos barcos son bastante transparentes, incluso si tenemos barcos muy diferentes. Cuando recuperé mi bote pude tener todos los datos polares, configuraciones, toda la tabla de operación del bote. Tenemos todo el seguimiento de los dos barcos sobre los distintos daños, los problemas que podamos encontrar. Intentamos navegar con dos barcos siempre que podemos. No sucede a menudo porque los programas están muy ocupados”. En cambio, en Vulnerable ocurre todo lo contrario: “nunca más dejamos el pontón solo”, afirma el hombre que emprenderá su tercera Vendée Globe. “Cuando salimos al mar, fue la misma persona la que hizo los análisis de ambos barcos”, añade el patrón británico.
Briefings, debriefings, todo se hace en conjunto. “Es un equipo: algunas personas trabajan en ambos barcos. En términos técnicos hay gente que se dedica a cada barco pero por lo demás todo lo que es gestión, visión, problemas, todos lo hacemos igual. Me aportó mucho preparar una Vendée Globe en un equipo que ya lo ha hecho. Es súper tranquilizador y súper enriquecedor”, explica Sam Goodchild.
Con dos barcos de diferentes generaciones, consiguieron sin embargo poner los dos proyectos en primer plano en todas las regatas… “Tenemos una brecha generacional entre nuestros barcos, pero el barco de Sam era una referencia. Es un muy buen barco que tiene puntos fuertes. Y eso fue lo interesante, poder estrenar un barco nuevo y tener al lado el barco de referencia de la clase. Es un barco Vendée Globe, por lo que es eficiente a determinadas velocidades y menos a otras. Permitió identificar esto muy rápidamente y avanzar rápidamente donde teníamos lagunas y déficits”, afirma Thomas Ruyant. Sam Goodchild continuó: “Los objetivos no son los mismos: Thomas participa en su tercera Vendée Globe. Él va allí para ganar. Ya tengo un poco más de presión para llegar hasta el final. Y los barcos no son los mismos, así que obviamente las opciones de vela… no son las mismas. Pero aun así fuimos juntos a ver a North Sails (el fabricante de velas) porque las velas son un elemento clave”. Por eso, incluso con proyectos diferentes, las ambiciones son las mismas: “El objetivo básico era mejorar el rendimiento de ambos proyectos. Y creo que ese es el caso (risas)”, concluye Sam Goodchild.
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