La plaza Saulou, en Fumel, volvió a estar agitada el jueves 31 de octubre, especialmente en torno a la casa del propietario de las serpientes constrictoras que se escaparon de su terrario. Mientras aún se declara desaparecida una pitón, los servicios veterinarios de la dirección departamental de protección a la población se encontraban en el lugar, alertados por que aún se conservaban varios ejemplares de pitones y boas en una casa ubicada en la plaza.
Su misión era convencer al propietario de que les entregara los animales, todavía tres, y los subiera a bordo. Popeye, Lucifer y su compañero se encuentran ahora a salvo entre los muros del cuerpo de bomberos de animales de Lot-et-Garonne, equipado para acoger en buenas condiciones a este tipo de animales exóticos.
“No fue muy difícil convencerlo, porque parece que ya estaba pensando en colocarlos”, explica la jefa de gabinete del alcalde de Fumel, Marie-Pierre Berry. Por lo tanto, el propietario, de 70 años, ha decidido no tener más serpientes. Este entusiasta, titular desde los 10 años de un certificado de competencia obligatorio, había adquirido más de diez a la vez, cifra que le obligó a alquilar la planta baja de una casa, situada frente a su apartamento, para albergar sus numerosos terrarios. También fue por la ventana de este último por donde escaparon los dos ejemplares de 2,50 y 2 metros.
Un perro de caza al rescate
El hombre había ido reduciendo progresivamente su ganado. Sus medios económicos estaban disminuyendo y quería dejar de alquilar el lugar donde había colocado a sus animales. Todavía tenía cuatro pitones y boas. Dos de ellos habían sido recuperados tras el abandono; no tenía los papeles de detención. De los cuatro restantes, dos lograron pasar a la clandestinidad. “Al final, no sabemos exactamente cuándo”, reconoce Marie-Pierre Berry. Todo sigue siendo un poco confuso en la cabeza del propietario. » Como prueba, durante la primera alerta indicó que se trataba de una pitón. Resultó ser una boa, la cual fue recuperada por los bomberos este lunes 28 de octubre.
Después de rodear la plaza para avisar a los vecinos, el municipio ha querido continuar la búsqueda este jueves 31 de octubre con la ayuda de uno de sus vecinos y su perro de caza, un spaniel bretón. “Se trata de serpientes que tienen un olor fuerte”, subrayó el alcalde, Jean-Louis Costes. Lo intentaremos. » En vano. “La investigación es muy complicada. Hay muchos rincones y recovecos alrededor del lugar. Está rodeado de bosques por un lado y del Théâtre de verdure por el otro”, comentó Marie-Pierre Berry.
El alcalde no quiso recurrir a la brigada canina de la gendarmería, “porque esto tiene un coste que, normalmente, recae sobre el dueño del animal buscado. Como este último es insolvente, al final será el municipio el que tendrá que pagar la factura. No hay duda de que son los habitantes de Fumélo los que pagan”. Por lo tanto, la pitón sigue en estado salvaje y tiene muchas posibilidades de morir, ya que no tolera muy bien temperaturas inferiores a 22 grados.