Reportaje
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Mientras la isla vecina lleva dos meses indignada por el coste de la vida, Guadalupe sigue marcada por las históricas protestas de 2009, que dejaron su huella sin dar los resultados esperados.
El rugido del ventilador ahoga en parte la voz de Nathalie Minatchy, en la sala Joseph-Théodore-Faustin, en el corazón de Les Abymes, el miércoles 30 de octubre. En criollo, el portavoz del partido nacionalista Alyans Nasyonal Gwadloup (ANG) recuerda la movilización de 2009 en Guadalupe contra el alto coste de la vida: “El movimiento sorprendió a los guadalupeños por su escala. Pero a pesar de nuestras marchas y negociaciones, más de quince años después, seguimos hablando de lo mismo”. El espectro de 2009 acecha las mentes. Cuarenta y cuatro días de una intensa huelga que acabó en acuerdos generales de 165 puntos.
Pero más de quince años después, esta movilización histórica huele a fracaso. Como señaló el INSEE en 2022, la diferencia de precios entre Guadalupe y Francia continental es del 16%. El nivel más alto de todos los Drom. En el caso de la alimentación, llega a más del 42%. Sin embargo, en Guadalupe, el 34,5% de la población vive con menos de 1.010 euros al mes.
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