Par
Cyril Roy
Publicado el
29 de octubre de 2024 a las 8:00 a. m.
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Dos años después del primer lote, podemos decir que el cadetes de la gendarmería de Eure son un éxito. El lunes 21 de octubre de 2024, la tercera formación se instaló en la institución Notre Dame Saint-François, en Évreux, para la primera de las dos semanas de formación. Este año son 42 jóvenes (frente a los 20 y 30 de años anteriores) de 15 a 19 años que se han lanzado a la aventura.
Una gran mayoría pasó por el Servicio Nacional Universal (SNU), pero algunos fueron reclutados directamente en Saint-François o en el instituto Aristide-Briand, socios de la asociación de cadetes de gendarmería de Eure. La generación 2024-2025 también da la bienvenida a una joven bajo tutela del Estado.
Militar, pero no sólo
No disfrutan de un merecido descanso: los cadetes optaron por sacrificar dos semanas de vacaciones al año (una el día de Todos los Santos y otra en febrero) para aprender más sobre la gendarmería. la apariencia militar está muy presente, con momentos solemnes (ceremonia de integración, izamiento de colores, himno nacional), el uso de un uniforme –de botas a gorras– y la reunión de diferentes equipos de gendarmes.
Pero es más que eso, insiste Teniente Coronel Guy Sagniersegundo al mando del grupo Eure y encargado del expediente de formación dentro de la gendarmería. “Los cadetes desarrollan o fortalecen espíritu cívico “, resume. Así, los jóvenes descubren otras profesiones, conocen a magistrados y aprenden cómo funciona el instituciones democráticas a través de diferentes visitas (Senado, Corte, Ministerio de las Fuerzas Armadas).
“Una hermosa imagen de nuestra juventud”
En el proceso, los jóvenes adquieren una serie de habilidades que les serán útiles durante toda su vida. El deporte (aunque el aspecto físico no sea un criterio de contratación), nociones de primeros auxilios, orientación mediante un mapa… Son cualidades que se desarrollan como la autonomía, la disciplina, la cohesión y la curiosidad. “Da una buena imagen de nuestra juventud que todavía quiere implicarse”, valora Teniente Coronel Didier Houillongendarme reservista y director de formación.
Aunque no siempre es fácil conocerse, los cadetes consiguen convertirse en uno desde los primeros días. En ello juegan un papel importante las diferentes actividades, como la sesión de movimiento por el barro, momento que disfrutó especialmente Titouan, de 16 años. “Desarrolla el espíritu militar”, asegura. Bastien, de 16 años, también aprecia “superar los propios límites”, mientras que Lisa, de 16 años, y Lou-Ann, de 19, enfatizan el “espíritu de equipo”. “Es una inyección de dopamina”, sonríe este último. Los cuatro, al igual que alrededor del 50% de los aprendices, planean seguir una carrera en la gendarmería. Desde entonces, siete participantes de promociones anteriores se han convertido en reservistas.
El otro momento destacado de los cadetes es la participación en las numerosas ceremonias, del 11 de noviembre al 14 de julio. A lo largo del año, los pasantes también tienen tiempo para descubrir el mundo profesional, los miércoles o sábados. “Nos aseguramos de no perjudicar las actividades escolares”, explica el teniente coronel Guy Sagnier.
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