Una decisión vergonzosa. El Consejo Federal decidió el miércoles dividir la pera en dos y pagar 10 millones –o la mitad de la suma adelantada en 2023– a la UNRWA, la organización de la ONU responsable de la ayuda a los palestinos.
¿“Un verdadero compromiso en el espíritu suizo”, en palabras del diputado del PLR de Vaudois, Laurent Wehrli? Más bien podemos verlo como una nueva manifestación de la naturaleza nociva de la política exterior al estilo de Ignazio Cassis, apoyada por un bloque burgués servilmente alineado con Estados Unidos y sus intereses proisraelíes. Suiza es uno de los últimos países en levantar la suspensión de su financiación de la UNRWA. Sólo el país del Tío Sam, su lacayo británico y una Italia en plena deriva neofascista mantienen esta congelación. Nada de qué presumir.
Este bloqueo de la ayuda se realizó sobre una base cuanto menos frágil, como lo demuestra el informe elaborado bajo la presidencia de la ex ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna. Las acusaciones de colusión por parte de empleados de la UNRWA en la masacre del 7 de octubre no han sido respaldadas por ninguna prueba. Recordemos también que la UNRWA ha demostrado que varios de sus empleados fueron torturados por el ejército israelí para hacerles confesar sus vínculos con Hamás. El examen realizado bajo la dirección del ex ministro francés ha puesto de relieve, por el contrario, mecanismos destinados a garantizar la neutralidad de la agencia que son mucho más sólidos que los utilizados en otros órganos de la ONU.
No nos equivoquemos: el objetivo es liquidar la UNRWA. El jefe del DFAE, Ignazio Cassis, ni siquiera lo oculta. Para él, la agencia es parte del problema. “Mientras los palestinos vivan en campos de refugiados, querrán regresar a su patria. Al apoyar a la UNRWA, mantenemos vivo el conflicto”, declaró ya en 2018. Reprimamos al pueblo palestino y resolveremos el problema. La etapa más alta del cinismo.
Los hechos son testarudos. La UNRWA es la única agencia capaz de acudir en ayuda de una población mártir. Según el Programa Mundial de Alimentos, alrededor del 30% de los niños menores de 2 años sufren desnutrición aguda. Y el 70% de la población del norte se enfrenta a una hambruna catastrófica.
La dilación de Suiza condena a cientos, incluso miles, de palestinos al hambre y la muerte. Son una forma de complicidad en graves violaciones del derecho internacional y de la moral política elemental. Esta bajeza no pasará desapercibida, no será olvidada.
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