El fabricante suizo de cepillos de dientes Trisa se enfrenta a muchos desafíos debido a la inflación que ha afectado a Occidente en los últimos meses. A pesar de las conmociones, la empresa mantiene su estrategia.
Gregorio Remez / ch media
Más del 90% de los cepillos de dientes fabricados por Trisa en el cantón de Lucerna se exportan. Europa occidental y América del Norte se encuentran entre los principales mercados de exportación. Por lo tanto, la empresa depende del clima de consumo en estos países. Y la inflación persistente ha dificultado esta situación.
En Estados Unidos, por ejemplo, los consumidores llevan meses con la moral baja. En abril alcanzó su nivel más bajo desde julio de 2022. Entre las razones aducidas por el instituto que examina mensualmente la moral de los consumidores está el hecho de que los consumidores valoran de forma menos positiva la situación actual del mercado laboral.
En Trisa estas tendencias se confirman. De cara al pasado ejercicio financiero, los funcionarios hablan de un “entorno de mercado desafiante con altas tasas de inflación en muchos mercados y una economía debilitada”. Mientras que el mercado suizo se mantuvo sólido, las cifras de ventas cayeron en los mercados de exportación. El franco fuerte hizo el resto.
Como resultado, la facturación del Grupo Trisa en 2023 disminuyó un 4,5% respecto al año anterior, alcanzando los 217,7 millones de francos. El beneficio neto también cayó significativamente, pasando de casi 12 a 7 millones de francos.
“La mayor inversión en años”
Adrian Pfenniger, que dirige Trisa desde 2005, considera que el comienzo del año fue un buen augurio. Ante el incierto entorno económico y geopolítico, la empresa mantiene su estrategia sin vacilar. La orientación del grupo hacia diferentes sectores de actividad y mercados ha demostrado su eficacia. Además del sector clave del cuidado bucal, que representa casi el 70% de la facturación, Trisa se centra desde hace mucho tiempo en productos de cuidado y belleza y los distribuye en casi 80 países.
Adrian Pfenniger, director general de Trisa.
La fe en el futuro queda subrayada por la importante inversión que Trisa realizó el año pasado para la modernización de la sede y la producción en Triengen. La empresa familiar ha invertido alrededor de 30 millones de francos en el desarrollo de productos, máquinas nuevas y varias reformas del edificio. Además, Ebnat, filial de Trisa, adquirió un edificio industrial existente en la planta de St. Gallen en Wattwil para simplificar la logística.
Adrian Pfenniger señala:
“Estas son las mayores inversiones en años. Tras renovaciones y mudanzas, la producción incluso tuvo que reducirse ocasionalmente. En parte tuvimos que preproducir y almacenar productos”.
Más productos fabricados con materiales reciclados en Trisa
Desde hace años, la modernización del centro de producción de Trisa también incluye la ampliación de la instalación solar. Hace más de dos décadas que la empresa Trisa atornilla el primer sistema fotovoltaico al tejado de una nave de producción; ella fue, por tanto, una de las pioneras. El año pasado se produjo la mayor ampliación de instalaciones fotovoltaicas. Adrian Pfenniger la llama la “segunda onda solar”.
El objetivo es ampliar continuamente la superficie solar “hasta que todos los tejados estén llenos”. Los proyectos están planificados en consecuencia para el año en curso.
En cuanto a la gama de productos, Trisa también quiere mantener el rumbo. El uso cada vez mayor de materiales reciclados en productos y envases en los sectores de higiene bucal, cuidado del cabello y limpieza del hogar tiene una gran aceptación entre los clientes, explica Adrian Pfenniger, que cita como ejemplo los cepillos interdentales con mango de papel lanzados el año pasado.
“En este ámbito presentaremos próximamente nuevas innovaciones, pero aún no están listas para ser anunciadas”
