El documental El viaje de un rey – El Marruecos de Mohammed VI, dirigido por Yves Derai y Michaël Darmon, recorre con neutralidad y sensibilidad los 25 años de reinado del Soberano, marcados por profundas reformas y victorias diplomáticas.
El canal Público del Senado emitió recientemente Le Parcours d’un roi. El Marruecos de Mohammed VI, un documental de Yves Derai y Michaël Darmon, que recorre veinticinco años de reinado del soberano marroquí. Con un enfoque imparcial, la película ofrece “una inmersión en la monarquía ejecutiva más antigua del mundo” y recorre las transformaciones económicas, diplomáticas y sociales de Marruecos bajo el reinado de Mohammed VI.
El documental comienza recordando la ascensión al trono de Mohammed VI en 1999, a la edad de 36 años. Apodado el “rey de los jóvenes”, rompió entonces ciertos protocolos rígidos de su padre, Hassan II. Este cambio de estilo, más abierto, deja una grata impresión. Desde pequeño, su temperamento se parecía más al de su abuelo, Mohammed V, como se menciona en la película, mientras que los archivos muestran a un joven heredero con una sonrisa tímida y sueños de aviación.
Sin embargo, Mohammed VI sigue siendo un monarca alejado de los medios de comunicación. Su rareza mediática es una característica sorprendente de su reinado. En el documental, Younes Boumehdi, fundador de la emisora de radio privada Hit Radio, explica que nunca se atrevió a pedir una entrevista al rey. Esta discreción, que contrasta con la locuacidad de Hassan II (que se prestó voluntariamente al juego de preguntas y respuestas, en particular con los periodistas extranjeros), contribuyó a cultivar una imagen de líder inaccesible, a quien conocemos sobre todo por sus discursos durante eventos importantes, como el Día del Trono. Mohammed VI se presenta como un modernizador. Bajo su reinado, Marruecos ascendió al rango de quinta potencia africana, con un PIB superior a 140 mil millones de dólares.
Para establecer su influencia, el Marruecos de Mohammed VI depende del poder blando.
La cuestión del Sáhara
Si bien se destacan los avances económicos y diplomáticos de Marruecos, el documental no evita las desigualdades sociales, exacerbadas por el terremoto de 2023 en el Alto Atlas, que reveló, como sabemos, desigualdades evidentes entre las regiones rurales y los centros urbanos. Asimismo, la reforma del Código de Familia de 2004 mejoró ciertos derechos de las mujeres, pero estos siguen “perjudicados por la legislación patriarcal”. En cuanto al Sáhara marroquí, la película describe acertadamente esta cuestión como el “prisma” a través del cual Marruecos da forma a su política exterior. François Soudan, director editorial de Jeune Afrique, recuerda: “Si la monarquía abandona el Sahara, no podrá resistir”. El documental evoca así las alianzas de Marruecos con potencias como Estados Unidos, España y el fortalecimiento de los vínculos con Francia, después de tantas aventuras.
Después de la exposición (de una objetividad que hay que acoger con agrado) de los logros y desafíos del reino, el documental concluye con una nota que a la comunidad marroquí le pareció impregnada de poesía. Refiriéndose a la relación entre los marroquíes y su rey, François Soudan describe: “Siempre habrá una parte irrefutable de misterio y de indecible en la relación de los marroquíes con su rey, y que se nos escapa a nosotros, los republicanos europeos: debemos tener la modestia para reconocerlo.
