Par
Romaric Larue
Publicado el
17 de octubre 2024 a las 18:42
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Insultos, violencia, comentarios sexualizados, tocamientos… Así es el día a día impuesto desde hace varios años por una pareja de orne a su chicas. Los padres fueron condenados el jueves 17 de octubre por el tribunal penal de Alençon.
Alcohol, drogas y violencia.
Las tres víctimas tienen ahora 24, 22 y 15 años, siendo la mayor de la primera unión de la madre. Todos pintan el mismo cuadro del entorno familiar, primero instalado en el país de Alençon y luego en el centro de Orne.
El alcohol fluye libremente, las drogas también están muy presentes, el cannabis, la cocaína o incluso el éxtasis, y los padres suelen abandonarlas, a veces durante fines de semana enteros, para irse de fiesta. Los niños presencian habitualmente discusiones y escenas de violencia doméstica, llegando incluso a ver a su madre con la “cara distorsionada”.
También son víctimas de violencia verbal, física y sexual. Los niños hablan de conmovedor repetido del padre a nivel del pecho, sexo, nalgas. “No era todos los fines de semana, pero era normal”, dijo una de las niñas a los investigadores. “Está presionando a mi hija”, le dijo una vez, tocándole los senos. “Hazme un niño”, le dijo otro día.
A la edad de la pubertad
Un contexto pesado, mucho tiempo callado, del que huyeron uno a uno. La mayor del trío se fue de casa en 2020. “Estábamos pasando por un infierno”, dijo. Al igual que sus hermanas, los primeros tocamientos se produjeron en la pubertad, alrededor de los 14 años. El segundo sale en 2021.
La menor se encontró sola en casa con sus padres. Dejada a su suerte. Ella elige ingresar a un internado para exiliarse tanto como sea posible. “Siempre crecimos en este contexto, para nosotros era normal”, enfatizó. En mayo de 2023, se lo confió a su tía durante una celebración familiar. Ella informa de todo a la gendarmería.
La investigación se vio impulsada por las declaraciones de las víctimas pero también por las pruebas que pudieron reunir. “Aquí casi fueron los niños quienes llevaron a cabo la investigación. Vemos esto muy raramente. Para que les creyéramos, tomaron fotografías de la torre”, señaló el presidente de la audiencia, Éric Martin.
El padre se defendió de las acusaciones vertidas en su contra: “¿Alcohol y drogas? Lo reconozco. ¿Abandono? Estoy medio de acuerdo. Pero estoy en contra de tocar. Escuchándote, soy un pervertido sexual que manoseaba a sus hijas todo el tiempo. Soy alguien que podría matar a un pedófilo. »
El presidente de la audiencia destacó la versiones concordante de las tres víctimas. “Hablan de los mismos tocamientos, nunca debajo de la ropa, palmadas en las nalgas, masajes en los senos… No vivieron juntas y sufrieron esto en distintos momentos. »
“Humor de mierda” según el padre
El padre justificó algunas de sus acciones con chistes graveleusesde “humor de mierda”tomando el ejemplo del juego de la aceituna. “Estas son cero acciones. Quizás mi manera de hacer las cosas no era la correcta. Pero nunca tuve el deseo o la intención de tocar a un niño. » Por lo demás, argumentó “conspiración” montado por otros miembros de la familia. “Mis hijas trabajaron juntas. Fueron empujados a hacerlo por ciertas personas a quienes no les gusta la forma en que vivimos. »
La más joven descartó esta hipótesis: “En ese momento ya no estaba en contacto con mis hermanas. Yo era el único que vivía en casa. »
Por su parte, la madre está siendo procesada por no haber denunció las acciones de su marido y haber eludido sus obligaciones parentales. En varias ocasiones sus hijas le señalaron el problema pero ella hizo la vista gorda.
Teníamos regalos para Navidad, nuestros cumpleaños, pero no el amor de una madre. Ella no estaba ahí para nosotros ni para protegernos. Ella nunca tuvo este papel.
La madre justificó esta ausencia por su estado de salud. “Giré”, admitió. “Me sentí capaz de nada, como un trapo. » “Debería haber puesto en conocimiento de las autoridades los hechos”, recordó la fiscal Cécile Marot-Quere, para quien el “clima de seguridad y educación no era compatible”.
Solicitud de retirada de la patria potestad
Yo, Agathe Gauthier, abogada de las víctimas, insistí en el sufrimiento de las víctimas.
No sólo vivieron en la indiferencia de sus padres. Fueron testigos de violencia doméstica, consumo excesivo de alcohol, vieron a sus padres consumiendo cocaína a través de una pajita y una pipa de crack. Y también fueron víctimas directas de violencia física, verbal y sexual incestuosa.
El abogado solicitó la retirada de la patria potestad para “proteger” al adolescente.
El fiscal solicitó 48 meses de prisión, 20 de los cuales en suspensión con orden de internamiento para el padre, 12 meses de sentencia suspendida para la madre. Al no estar representados por un abogado, los padres no quisieron hacer el más mínimo comentario a los jueces antes de la deliberación.
Firme y respiro
El padre de 43 años fue condenado a 36 meses de prisión, 24 de los cuales suspendidos e inscritos en el expediente judicial automatizado de autores de delitos sexuales o violentos (Fijais). Su autoridad de los padres ha sido remoto para los más jóvenes, ahora colocados en hogares de acogida.
La madre, de 49 años, sufrió 12 meses suspendido. Ambos tienen prohibido tener contacto con las víctimas. Deberán indemnizar a los más jóvenes y a los mayores con 5.000 y 3.000 euros respectivamente.
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