Un violento episodio de granizo cayó en Île-de-France, y más particularmente en Seine-Saint-Denis, el miércoles 1 de mayo mientras pasaban tormentas virulentas. En Tremblay-en-France, varios centímetros de granizo se acumularon en las aceras y en las carreteras.
Granizo a veces del tamaño de bolas de petanca. Este miércoles 1 de mayo, una gran tormenta azotó Île-de-France a última hora de la tarde y durante la noche y la ciudad de Tremblay-en-France pagó el precio.
En las aceras de esta localidad de Seine-Saint-Denis, al día siguiente de las tormentas todavía se ven montones de granizo de varias decenas de centímetros.
“Empezó con lluvia, normalmente sobre las nueve de la noche”, cuenta Marc, un vecino del lugar. “Rápidamente degeneró en granizo del tamaño de canicas de niños, durante unas dos horas”.
“Los pisos estaban cubiertos”
Resultado: la noche fue muy agitada para los residentes. “Se paró el tráfico, los autobuses quedaron bloqueados como si fuera nieve, no podían avanzar ni retroceder. Fue bastante impresionante”, señala Marc.
“Fue bastante complicado, nos impresionó mucho porque sucedió de repente”, dice Valérie, que trabaja en la ciudad. “Los pisos estaban cubiertos de granizo, para mí fue magnífico pero para otros seguramente sería catastrófico”.
Esta es la primera vez que algunos vecinos ven inundadas las calles del centro de la ciudad. “Se desbordó”, asegura Stéphane, cartero en Tremblay-en-France.
“Hubo una tormenta, aquí era el fin del mundo”, continúa. “Hubo relámpagos, duraron mucho tiempo. Parecía que había relámpagos cada dos o tres segundos”.
Una “supercélula de tormenta”
Marc estima que durante la noche se acumularon hasta 40 centímetros de granizo. Desde las cinco de la mañana de este jueves, este vecino se encuentra trabajando intentando retirar los granizos, que no parecen derretirse.
De hecho, con tales cantidades y granizos cuyo diámetro supera los cuatro o cinco centímetros, doce horas después la alfombra de granizo persiste, especialmente en el distrito de Tremblay, en el Vieux-Pays.
Unos kilómetros más allá, en el aeropuerto de Roissy-Charles-de-Gaulles, varios vuelos fueron desviados el miércoles por la noche al paso de la “supercélula tormentosa”. En particular, se filtró agua en la terminal.
