Cuando la dignidad depende de un utensilio

Cuando la dignidad depende de un utensilio
Cuando la dignidad depende de un utensilio
-

Todavía tienen que pasar por seguridad.

Era el 15 de julio, se presentaron en el aeropuerto de Quebec con mucha antelación, “como siempre”, para coger el vuelo de las 15.00 horas que les llevaría a Montreal, desde donde cogerían otro vuelo a Londres. Tienen los utensilios adecuados en su equipaje de mano y una carta del neurólogo explicando que Serge los necesita.

Habían viajado con él en diciembre, había funcionado sin problema.

Luego, como esta última vez, presentan los utensilios, incluido un cuchillo, y la carta. “Es el mismo escenario, dijeron ‘está bien, puedes irte’. Pero desafortunadamente con Air Canada el vuelo se retrasó, se retrasó, se retrasó y finalmente se canceló. Así que tuvimos que ir a buscar nuestro equipaje y pasar por seguridad. Y fue entonces cuando las cosas empezaron a ir mal”.

El agente se mostró intratable, el cuchillo no pasó. “Ella dijo que no era posible. Le dije “lee la carta del neurólogo”. Le expliqué que no es un capricho, que es necesario. Dije que en diciembre estaba bien y justo ahora, al mediodía estaba bien. Somos las mismas personas con los mismos utensilios”.

Ella respondió punto por ojo: “nunca debieron haber concedido eso”. Odette argumentó: “¿Tus colegas son incompetentes?” el agente no respondió. “Ella empezó a medir. Ella llamó no sé a quién. En resumen, nunca funcionó. Eso no tiene ningún sentido. Finalmente dijo: ‘debiste haber preparado la comida con anticipación’”.

Mientras las dos mujeres persistían, Serge tomó una cucharada de su dignidad. “Mi marido lloró como un niño. Nunca había visto a mi marido llorar así. Es difícilallá. Era un tipo fuerte”.

Sin sus utensilios, no puede comer solo.

“Nos fuimos sin el cuchillo. Pero uno de sus compañeros tenía razón: vino a vernos después. Él dijo: “¿Tienes a alguien que pueda venir a buscar tu cuchillo, al menos recuperarlo?” Eso hicimos, llamamos a su hermano, vino a recogerlo”.

Debes saber que la seguridad en los aeropuertos de Canadá está garantizada por CATSA, la Autoridad Canadiense de Seguridad del Transporte Aéreo. “Los objetos con hojas de más de 6 cm deben transportarse en el equipaje facturado y están permitidos a bordo de vuelos canadienses, americanos e internacionales”, me escribió el portavoz Dominique Huras.

Pero, aclara, “es el oficial de control quien toma la decisión final de autorizar o no un artículo más allá del punto de control”.

Entonces, hay una cierta latitud, un lugar para juzgar.

Odette todavía no puede creer su intransigencia. “No lo teníamos para el viaje”, un crucero por Europa. “Nunca había visto una historia así, no tenía discernimiento, no tenía humanidad. Fue tan humillante, desgarrador”.

Su camarero en el barco notó que Serge, sin su cuchillo, tenía dificultades para cortar la comida. “Él le hizo un corte él solo, lo hizo discretamente”.

Para preservar su dignidad.

Para Serge, de 67 años, el diagnóstico de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) el 25 de mayo de 2022 fue un shock difícil de aceptar. “Es un tipo fuerte, hacía todo con las manos. Era muy hábil. Pero allí ya casi no puede hacer nada. La enfermedad avanza, de forma lenta pero segura, llegar la comida a la boca comienza a resultar laborioso.

No lo conocí, estaba durmiendo cuando llegué por la tarde. “Hacemos nuestras cosas por la mañana. Después se quema”.

A causa de esta enfermedad que devora los músculos de Serge, tuvieron que renunciar a su kayak y también cambiaron su coche manual por uno automático. Próximamente tendrán adaptada su casa, incluido el baño, además de ensanchar la puerta de entrada e instalar una plataforma elevadora “para cuando esté en silla de ruedas”…

De ahí ese sentido de urgencia que los impulsa, este deseo de viajar “mientras sea posible”.

Odette, de 65 años, admira a su amante. “Lo encuentro muy valiente porque todavía tiene ganas de hacer ciertas cosas”. Están hablando de Italia en primavera. “En mayo iremos a Venecia a pasar nueve días y el año que viene cumpliremos 15 años de matrimonio. Fui varias veces, él nunca lo hizo, le dije “tienes que ver esto al menos”.

Tendrán su bisturí, la carta del neurólogo.

Y crucen los dedos.

Para responder a esta columna, escríbanos a [email protected]. Algunas respuestas podrán ser publicadas en nuestra sección de Opiniones.

-

PREV ¿Estarán a la altura los “contra-remixes de Viviane” de Tenor y Maalhox?
NEXT La Chicorée, las pequeñas novedades del Norte del martes 1 de octubre