Hemos experimentado una oposición menos virulenta. En un texto publicado por la tribuna El sábado 28 de septiembre, 27 diputados del grupo Ensemble pour la République (EPR) en la Asamblea expresaron su oposición a las opiniones de Michel Barnier en materia fiscal. En este caso, cualquier aumento de impuestos a los contribuyentes más ricos y a las empresas prósperas, incluidas “de forma excepcional y temporal”, como viene hablando el Primer Ministro desde hace varias semanas.
Un legado macronista
Un paso atrás impensable para esta treintena de diputados, encabezados por Mathieu Lefèvre y Charles Rodwell, entre ellos Aurore Bergé, Marie Lebec y el antiguo líder del grupo Sylvain Maillard, todos ellos encarnando el ala derecha del partido presidencial. “Nos parece […] Es impensable que después de siete años de recortes de impuestos, sea la alianza del bloque central la que acabe renunciando a la estabilidad fiscal para aumentarlos”escribe el batallón, apegado a lo que ha marcado la huella económica de la macroniebla, desde la abolición del ISF hasta el establecimiento de un impuesto único sobre las rentas del capital.
Fieles a su dogma, los funcionarios electos creen que “restablecer las cuentas requiere sobre todo una reducción del gasto público”, “la creación de riqueza” y “pleno empleo”. Para lograrlo tampoco es necesaria ninguna innovación importante: en el aspecto de la optimización del gasto, los 27 piden “culto al desempeño de nuestras políticas públicas”, “la simplificación de la acción pública”, el “supresión de decenas de agencias y comités Théodule” y “la disminución del número de funcionarios públicos”. Todo, por supuesto, “preservando nuestros servicios públicos locales”.
Tema de división entre macronistas
En lo que respecta a la creación de riqueza y el pleno empleo, aquí también hay un reflejo de la acción macronista de los últimos siete años: debemos completar “reformas valientes”, citando “la del seguro de desempleo”. La misma reforma sobre la que la ministra de Ecología, la macronista Agnès Pannier-Runacher, molesta por su campaña legislativa en Hauts-de-France, cambió de opinión. Y, sobre todo, las mismas reformas fueron muy poco apreciadas por la nueva ministra de Trabajo, también del EPR, Astrid Panosyan-Bouvet.
Este posicionamiento de los diputados no sorprenderá a nadie, ya que varias figuras de la macronieta, desde Gabriel Attal hasta Gérald Darmanin, habían suspendido su apoyo al gobierno si éste tuviera que aumentar los impuestos. Sobre este tema, que no reúne a todos los macronistas, y a la espera de una presentación del presupuesto a principios de octubre por parte del ministro macronista Laurent Saint-Martin, Michel Barnier no cambió. En el Diario de Saona y Loira El sábado retomó la idea de un aumento para los más ricos, aunque aseguró que protegerá “de cualquier aumento de impuestos los que están en el terreno, los que trabajan, los que producen”. Insuficiente para estos funcionarios electos.