En Argelia, la Cabilia ha expresado su indignación por las elecciones presidenciales decidiendo un boicot masivo. En un momento en que se suponía que la votación reflejaba la voluntad popular, el presidente del gobierno provisional cabileño, Ferhat Mehenni, subrayó que había participado en las urnas menos del 1% de los electores, lo que revela una resistencia pacífica.
Las elecciones presidenciales argelinas, calificadas de “coloniales” por Ferhat Mehenni, presidente del Gobierno Provisional de Cabilia (Anavad) y del Movimiento para la Autodeterminación de Cabilia (MAK), se saldaron con una participación de menos del 1% en Cabilia. Pese a los esfuerzos de las autoridades argelinas, a las 17 horas había emitido su voto menos del 0,8% de los electores, según Ferhat Mehenni.
Este rechazo masivo es un éxito para el MAK, que había llamado al boicot total de las elecciones. Mehenni saludó “este acto de resistencia pacífica e histórica”, felicitando al pueblo cabileño por su determinación y unidad en favor de la autodeterminación. Subrayó que esta acción refuerza el dictamen jurídico emitido por dos bufetes de abogados de Londres el 4 de septiembre de 2024, legitimando la causa cabileña.
A pesar de estas cifras, las autoridades argelinas no descartan la posibilidad de manipulación electoral, considerando, según Mehenni, un fraude electoral para inflar artificialmente la participación al final de la jornada. “No podemos pasar decentemente de una participación del 0,8% a un resultado de dos dígitos entre las 17 y las 18 horas, hora de Vgayet (Bejaia)”, afirmó.
En la mañana de las elecciones, muchos colegios electorales estaban prácticamente desiertos. Los administradores de los colegios electorales esperaban que la situación mejorara a medida que transcurriera el día, antes del cierre de las urnas a las 19 horas, pero no se formaron colas.
“Tonton Tebboune”, como lo conocía su equipo de campaña, fue elegido en diciembre de 2019, tras un año de protestas semanales del Hirak que pedían la dimisión del expresidente Abdelaziz Bouteflika. Sus demandas se hicieron eco cuando Bouteflika dimitió en abril de ese año, dando paso a un gobierno interino formado por sus antiguos aliados, que luego convocó elecciones.
Algunos observadores denuncian que estas elecciones son una mera formalidad, incapaz de cambiar el status quo. Hakim Addad, ex líder del Hirak, apartado de la vida política desde hace tres años, declaró: “A los argelinos les importa un bledo esta farsa electoral. La crisis política persistirá mientras el régimen permanezca en el poder”.
En total, veintiséis candidatos habían presentado sus documentos preliminares para presentarse a estas elecciones, pero sólo dos de ellos fueron finalmente seleccionados para desafiar al presidente Tebboune.
