La alianza de izquierdas consiguió una victoria sorpresiva en las elecciones anticipadas de Francia, convocadas por Macron tras el triunfo de la extrema derecha en las elecciones europeas de junio. Sin embargo, a pesar de quedar en primer lugar, el Nuevo Frente Popular quedó lejos de lograr la mayoría absoluta.
Los Verdes franceses, los comunistas y el movimiento Francia Inquebrantable de Jean-Luc Mélenchon llamaron a sus partidarios a sumarse a las protestas. El Partido Socialista es el único de los cuatro miembros principales de la alianza que decidió no participar.
A la cabeza de la procesión parisina, Mélenchon habló con vehemencia y declaró que “el pueblo francés está en rebelión. Ha entrado en revolución”.
“No habrá pausa ni tregua. Os convoco a una batalla a largo plazo”, añadió.
Varios de los organizadores afirmaron que el sábado se manifestaron en París 160.000 manifestantes, frente a los 300.000 que se manifestaron en toda Francia. Sin embargo, las autoridades parisinas estimaron que en la capital francesa marcharon sólo 26.000 manifestantes. El diario Le Monde señaló que la policía y los organizadores tienen métodos diferentes para contar el número de participantes y que el margen de error, según una empresa que utiliza cámaras, podría ser de entre el 30 y el 40 por ciento.
Las cuatro fuerzas de izquierda del Nuevo Frente Popular, que controlan 193 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional francesa, han anunciado planes para votar una moción de censura contra el gobierno de Barnier.