El martes 3 de septiembre se hundió en el Paso de Calais una embarcación que transportaba a 70 migrantes en el Canal de la Mancha. Según un informe de las autoridades, al menos 12 personas murieron. Los cadáveres aún no han sido hallados.
Doce personas murieron el martes 3 de septiembre en un intento de cruzar el Canal de la Mancha frente al cabo Gris-Nez, en el Paso de Calais. Una tragedia que se suma a múltiples precedentes desde principios de 2024. El año 2024 es también el más mortífero desde el inicio del fenómeno de las embarcaciones improvisadas en el Canal de la Mancha, con al menos 37 muertos en el mar durante los intentos de cruzar.
Un centenar de personas se reunieron el miércoles por la noche en Calais para rendir homenaje a los inmigrantes que murieron el día antes intentando llegar a Inglaterra.
Los 12 cadáveres están actualmente en manos de médicos forenses de la Unidad Médico-Forense (UMJ) del Hospital Universitario de Lille. La fiscalía de Boulogne-sur-Mer ha abierto una investigación para determinar las causas del naufragio del martes.
Una vez confirmada formalmente la muerte por la policía y completado el recuento de cadáveres, queda por determinar qué entierro se dará a estas personas que a menudo han venido desde muy lejos para buscar asilo en el Reino Unido.
Cuando se abren las investigaciones, los cuerpos de los exiliados son trasladados a estas unidades de los hospitales correspondientes, donde son colocados en cámaras frigoríficas para mantenerlos lo más intactos posible antes de que sean examinados por un médico forense, quien debe determinar las causas exactas de la muerte y realizar una descripción física de la persona fallecida.
Enterrado en el barrio de los pobres
Una vez establecidas las causas de la muerte, corresponde a la policía identificar el cuerpo e intentar encontrar a los familiares basándose en el informe del forense. Cuando se les preguntó sobre estas investigaciones, la fiscalía de Boulogne-sur-Mer y la policía no respondieron a nuestras solicitudes.
“Los cuerpos pueden permanecer en la UMJ durante varias semanas sin que los familiares de las víctimas puedan tener noticias suyas”, explicó a BFMTV.com Louise, coordinadora de la asociación Centro de Mujeres Refugiadas.
Una vez concluida la investigación y firmado el certificado de defunción, el cuerpo queda bajo la responsabilidad del municipio donde falleció el exiliado.
De acuerdo con la legislación francesa, en ausencia de estado civil y si no se encuentran parientes, la persona será enterrada “bajo X” en la zona de indigentes del cementerio del municipio en cuestión. Este espacio suele estar reservado a las personas sin hogar o a las personas que no pueden permitirse un entierro.
Una larga investigación realizada por voluntarios
Para evitar esta situación, activistas y miembros de asociaciones se han organizado en un grupo llamado “el grupo de la muerte” que se moviliza con los familiares de personas fallecidas o desaparecidas.
“Este grupo intenta apoyar de la manera más respetuosa posible a los familiares de los fallecidos y a las comunidades de exiliados que viven en la frontera afectadas por estas tragedias. Este apoyo suele implicar, en primer lugar, dedicar tiempo a explicar los procedimientos médico-legales, administrativos y jurídicos a los familiares de los fallecidos o de las personas desaparecidas”, explica Célestin Pichaud, coordinador de la asociación de ayuda a los migrantes Utopia 56, a BFMTV.com.
Los voluntarios de estos grupos realizan un trabajo de investigación para identificar y encontrar a los familiares de los exiliados fallecidos. “Van a los campamentos para intentar encontrar un nombre y luego intentan ponerse en contacto con sus familiares para organizar la ceremonia”, explica el miembro de la asociación.
Los familiares pueden pedir que la víctima sea enterrada según sus creencias y costumbres. “Hay cuerpos de inmigrantes enterrados en la parte musulmana del cementerio de Boulogne-sur-Mer. Pude asistir a los funerales de estas personas”, confirmó a BFMTV.com Dany Patoux, del colectivo de ayuda a los inmigrantes Osmose 62.
Repatriaciones posibles pero complicadas
No todos los inmigrantes que mueren en Francia son enterrados en Francia. Algunas familias hacen repatriar sus cuerpos para que puedan ser enterrados en su país de origen. Se trata de una operación costosa, que corre totalmente a cargo de los familiares del fallecido. “No hay intervención estatal durante las repatriaciones”, lamenta una miembro del Centro de Mujeres Refugiadas.
Para ayudar a las familias que no pueden costear la repatriación del cuerpo, el grupo de duelo Le réveil voyageur ha lanzado un fondo donde las personas pueden hacer donaciones para financiar la operación.
“Las donaciones están destinadas al grupo funerario en situaciones en las que lo solicitan las familias a las que apoya, cuando no pueden financiar total o parcialmente los gastos relacionados con el funeral, de acuerdo con sus deseos”, indica el grupo funerario Le réveil voyageur.
“Es habitual que las familias no tengan medios para financiar la repatriación del cuerpo del difunto y nos pidan que organicemos entierros locales en Calais o Dunkerque. Cada entierro realizado de acuerdo con las prácticas religiosas, en particular de acuerdo con el Islam, cuesta un mínimo de 2.000 euros, en parte por el costo de la concesión y la ceremonia”, recuerda el grupo de la muerte en la página de recaudación de fondos.
Hasta el momento, el bote puesto en línea por el grupo ha alcanzado un total de más de 2.900 euros de los 10.000 esperados.
