Sin temores y seguros de sus fuerzas, los Biarrots han hecho un gran partido en la segunda jornada del campeonato. Una semana después de una victoria por la mínima ante el Valence-Romans (23-21), los hombres de Boris Bourahoua han ganado en Béziers (19-23), semifinalista de la temporada pasada. Suficiente para inaugurar una nueva era en la costa vasca.
Biarritz está de vuelta. Después de un verano agitado en la costa vasca, finalmente ha llegado el momento del rugby para los protegidos de los nuevos presidentes Shaun Hegarty, Marc Baget y sus semejantes. Una semana después de una complicada victoria, contra el Valence-Romans, su equipo y su cuerpo técnico, construidos en la dificultad, ya han logrado una inmensa hazaña, al ganar en Béziers (19-23), este jueves 5 de septiembre.
Para construir su victoria, este equipo joven se apoya en viejas recetas. Los veteranos curtidos en las justas Pro D2, como Fa'asalele o Acebes, han sabido transmitir bien el mensaje.
Biarritz confía en su defensa
Enfrente se encuentra un equipo del Béziers, especialmente impresionante en el último ejercicio y que apenas ha cambiado su plantilla, ni sus intenciones de juego. Esto se confirma rápidamente, desde los primeros minutos con las mismas intenciones de marcar el ritmo y encontrar la solución a través del movimiento. Pero los compañeros de Samuel Marques se topan con una defensa agresiva del Biarritz. Peor aún, los vascos abren el marcador con un ensayo, todo en potencia, tras un balón en carrera, y lo concluye Cornell du Preez (10º, 0-5). Unos minutos más tarde, y en una acción similar, Otunuku Pauta permite a su equipo volver a ponerse en el marcador (16º, 5-8).
Los habitantes del estadio Raoul-Barrière tienen el balón en sus manos y se apoyan en las cualidades físicas de Pauta y Tupuola, en el centro del campo, para intentar marcar al rival. Pero este último no cede en nada. Si bien sus salidas del campo son imprecisas y no le permiten ir a jugar en la mitad del campo del Hérault, su defensa es intratable. En una de sus raras incursiones, el BO dobla la apuesta, con un ensayo de Beheregaray, en un nuevo balón llevado (35º, 5-15). Sin producir mucho juego, pero con todo bajo control, el Biarritz despega. Mientras suena la sirena, el Béziers se ofrece un ensayo, anotado por González, para seguir en contacto (40º, 12-18).
Fariscot se abre paso tras volver del vestuario
Pero la segunda mitad empezó como la primera. Sin toques, el Béziers encontró pocas plataformas de lanzamiento en ataque. Y fue en un toque fallado, en campo vasco, donde llegó el tercer ensayo de los rojiblancos. Una recuperación iniciada por Fa'asalele que ganó veinte metros antes de ser bien apoyado por sus compañeros. Varios minutos después, un pase al pie de Dolhagaray encontró a Kibirige que metió dentro para Fariscot (52, 12-23), el Biarritz acababa de hacer lo más difícil.
Una esperanza improbable para el Béziers al final del partido
Inofensivos y desequilibrados, los héraultais no consiguen poner en marcha su juego, a pesar de los numerosos cambios realizados al principio del partido. Ningún jugador consigue marcar la diferencia y la defensa del Biarritz se muestra intratable. Al final del partido, la improbable esperanza de una remontada sopla en las gradas del estadio, tras el ensayo de Boulassel justo antes de que suene la sirena (79, 19-23). En una última acción, a diez metros del in-goal, los languedocianos pueden dar la vuelta a todo, pero una vez más, es en un toque perdido que el partido termina. Béziers pierde ante un equipo más fuerte, porque esta noche, el Biarritz estaba de vuelta.
