Hacia la autonomía gasista y la innovación energética

Hacia la autonomía gasista y la innovación energética
Hacia la autonomía gasista y la innovación energética
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A principios de esta semana, el Reino de Marruecos dio un paso significativo hacia el advenimiento de un futuro energético innovador, con la ratificación de un acuerdo de capital dedicado a la ampliación de su red de infraestructuras gasistas. Esta carta crucial lleva los sellos de los Ministerios del Interior, de Finanzas, de Equipamiento y de Transición Energética, sentando así la primera piedra de un viaje decididamente audaz y visionario en el sector energético.

La convergencia de voluntades también se manifestó con la inclusión de cinco entidades estatales y empresas públicas líderes en este acuerdo. La Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas (ONHYM), la Agencia Nacional de Puertos (ANP), la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable (ONEE), la empresa Nador West Med (NWM), así como la Société Nationale des Autoroutes du Maroc (ADM) también se han sumado a esta empresa. Esta asamblea estratégica subraya el compromiso común de poner a prueba con éxito este proyecto esencial, sentando las bases de una nueva era para la prosperidad energética y el desarrollo económico de Marruecos.

En un enfoque estratégico que marca el firme compromiso de Marruecos hacia una mayor independencia energética y una transición segura hacia una economía más verde, se ha sellado un importante protocolo. Este último tiene como objetivo impulsar al país a la vanguardia de las naciones con infraestructura avanzada para la importación, almacenamiento y tránsito de gas natural licuado. Este ambicioso plan, construido a lo largo de varios años, promete transformar el panorama energético con la creación de puntos críticos para el GNL y el tejido de una red de gasoductos que conecten directamente los sitios de producción nacionales con los corazones de los consumidores.

El Ministerio de Transición Energética y Desarrollo Sostenible, con la realización de este proyecto, espera establecer conexiones estratégicas tanto a nivel regional como global, y respalda el objetivo marcado por Amina Benkhadra de impulsar la producción de gas a un nivel sin precedentes. Marruecos, que prevé una producción que superará los 1.500 millones de metros cúbicos estándar de aquí a 2030, pretende obtener más de la mitad de esta producción a partir de sus recursos marinos, en particular gracias al descubrimiento de anchoas, y completar el resto mediante la explotación de las cuencas terrestres. de Esauira, Gharb y Tendrara.

Como parte de esta visión a largo plazo, ya se está prestando mayor atención al desarrollo de infraestructuras críticas, como el establecimiento de una terminal estratégica de GNL en el puerto de Nador West Med y la construcción de un gasoducto para conectar este último al Gasoducto Magreb Europa. Esta iniciativa clave no es sólo una respuesta a las necesidades energéticas inmediatas, sino también un trampolín hacia la promoción de las energías renovables y el desarrollo de sectores futuristas, en particular el del hidrógeno verde y sus derivados. Se inscribe en una perspectiva global en la que Marruecos se posiciona como un actor fundamental en la distribución de energía limpia y sostenible, reforzando así su papel en el proyecto del gasoducto África-Atlántico.

Marruecos, inicialmente comprometido con un enfoque hipocarbónico, bajo los auspicios de la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas (Onhym), parece navegar por las turbulentas aguas de la exploración de petróleo y gas con una confianza desconcertante. La gestion ininterrompue du Gazoduc Maghreb-Europe depuis 2021 et l’ambition presque démesurée du projet de Gazoduc africain Atlantique reliant le Nigeria au Maroc témoignent d’une volonté de fer à se positionner comme un titan de l’énergie sur le continent africain et au -de la.

Esta audaz estrategia, encabezada por Amina Benkhadra, directora general de Onhym, es parte de una búsqueda incesante de dominio energético, ignorando los imperativos ecológicos globales en favor de una sed insaciable de progreso y poder económico. En el centro de esta dinámica, Marruecos, si bien muestra una cara ecológica con su apuesta por las energías renovables, no oculta su juego en el póker energético que se juega en el tablero internacional.

El desarrollo masivo de la infraestructura de gas, en particular a través del faraónico proyecto portuario de Nador West Med, ilustra un inteligente doble discurso. Por un lado, promovemos las energías limpias con un mix energético diversificado y, por otro, apostamos fuerte por el gas natural, vector esencial de la transición energética, por supuesto, pero también piedra angular de una estrategia nacional encaminada a fortalecer autonomía energética del país a toda costa. Onhym, verdadero maestro de esta sinfonía energética, orquesta brillantemente la explotación de los recursos nacionales, aunque a veces coquetea con los límites del compromiso medioambiental de Marruecos.

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