Una playa brumosa, el dragón rojo de Gales, el armiño bretón, un pergamino como extensión de la arena, una brújula o como tal, un palo flotante… aparecen en el cartel de la feria del libro infantil multilingüe de Pluguffan. Un cuadro prolífico como un tesoro del pasado, lavado o redescubierto, un poco como los lenguajes que serán protagonistas durante la 28ª edición, el domingo 1 de diciembre. Para realizar este cartel, los organizadores recurrieron a Matthieu Fappani, 46 años, un artista completo afincado en Quimper, hijo de André y Michelle Fappani, muy conocidos por sus compromisos locales.
El potencial de lo digital
Matthieu Fappani tiene buenos recuerdos de Pluguffan, donde creció: “Las clases de ping-pong en la Amicale laïque, la biblioteca de Pouldu…”. Y dibujo que dice haber practicado siempre. Y luego el revelado de película fotográfica, con su papá, en el laboratorio instalado en la casa familiar. A finales de los años 1990 se produjo el descubrimiento de las herramientas digitales y las primeras inversiones en equipamiento. “El campo de posibilidades se volvió muy amplio. Con una cámara digital, en una hora, hora y media, de repente era posible capturar 300 tomas, una cifra exponencial para cualquiera que tuviera experiencia con el cine. Entonces hubo un aplazamiento de mi práctica de dibujo en favor de las creaciones digitales”, confiesa el artista. Pero ama demasiado el material como para desprenderse de él por completo. Sus obras, numerosas y únicas, son objeto de un trabajo artesanal basado en una vasta iconografía.
“Entre diez minutos y cinco años…”
El tiempo de revelado nunca es el mismo, “entre diez minutos y cinco años…” para un resultado siempre complejo por el efecto de la deconstrucción pero también de las capas, los cortes, la saturación. A Matthieu Fappani le gusta el efecto de desaceleración que crean sus obras, lejos de producciones figurativas que dejan poco lugar a dudas. Su técnica es, por tanto, también su firma, muy particular, definida a través de la fotografía visual. Firma que se encuentra en el cartel de la feria del libro, aunque era necesario respetar la cuestión de la comunicación y revelar de facto los símbolos bretones y galeses, elegidos por el equipo organizador. Pero si se mira de cerca, la complejidad que le es tan querida está muy presente, un rayo de luz, un muro bajo, una figura de antaño. Una madeja inagotable que permite muchas interpretaciones.
Práctico
Feria del libro infantil multilingüe, salón Salvadore-Allende, domingo 1 de diciembre, de 9 a 17.30 horas; entrada gratuita. Exposición de obras de Matthieu Fappani en la galería O’dix, 10 rue du Guéodet en Quimper.
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