Washington acusa a los paramilitares de “genocidio”

El gobierno estadounidense acusó formalmente el martes a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de cometer “genocidio” en Sudán e impuso sanciones contra el líder del grupo paramilitar.

La clasificación de “genocidio” se estableció sobre la base de informes sobre asesinatos “sistemáticos” de hombres y niños jóvenes, así como violaciones selectivas de mujeres y jóvenes “debido a su origen étnico”, afirmó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. en un comunicado.

Esta es la novena vez que el gobierno estadounidense habla de genocidio, la primera correspondiente al Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.

“Las atrocidades sistemáticas cometidas contra el pueblo sudanés”

Desde entonces, Estados Unidos ha hablado de genocidio en Bosnia-Herzegovina, Ruanda, Irak, la región sudanesa de Darfur, así como de ataques contra minorías, como los del Estado Islámico contra los yazidíes, los dirigidos contra la minoría musulmana rohingya en Birmania o el trato infligido a los uigures por parte de China.

Estados Unidos ha ratificado la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, que exige en particular que los Estados signatarios castiguen a los responsables de genocidio.

Washington también anunció una serie de sanciones contra el jefe del FSR, Mohamed Hamdan Daglo, conocido como “Hemedti”, por “su papel en las atrocidades sistemáticas cometidas contra el pueblo sudanés”.

“Actos cometidos con la intención de destruir”

La Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio define el genocidio como “actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”.

La guerra, que estalló en abril de 2023 entre el ejército sudanés y las RSF, empujó al país a la hambruna. Decenas de miles de personas han sido asesinadas. Más de ocho millones de personas han sido desplazadas internamente, lo que, sumado a los 2,7 millones de personas desplazadas antes de la guerra, ha provocado la mayor crisis de desplazamiento interno del mundo.

Según la ONU, más de 30 millones de personas, más de la mitad de ellos niños, necesitan ayuda tras veinte meses de guerra devastadora.

“Estados Unidos no apoya a ninguna de las partes”

“Estados Unidos no apoya a ninguna de las partes y nuestras acciones contra las RSF o Hemedti no significan apoyo a las fuerzas armadas sudanesas”, subrayó el secretario de Estado. “Los dos beligerantes son responsables de la violencia y el sufrimiento” en el país.

Por su parte, el Departamento del Tesoro justifica las sanciones contra Hemedti por su papel de “principal beligerante” y por el hecho de que “los crímenes de guerra y las atrocidades” señalados por Estados Unidos fueron cometidos bajo su mando.

“Hemedeti tiene una gran responsabilidad a través de su mando por las acciones atroces e ilegales de sus fuerzas”, añadió el Departamento del Tesoro.

La prohibición de que las empresas estadounidenses comercien con las sancionadas

Siete empresas vinculadas a RSF también están sancionadas y acusadas de participar en su financiación y en la compra de material militar, y así “continuar el conflicto en Sudán”.

Las sanciones dan como resultado una congelación de los activos en poder directo e indirecto de las personas y empresas objeto de sanciones, así como una prohibición a las empresas y ciudadanos estadounidenses de comerciar con los sancionados.

También limitan la posibilidad de que Hemedti y las empresas afectadas utilicen el dólar en sus transacciones, a riesgo de que las empresas que recibirían dichos pagos caigan a su vez bajo sanciones. La guerra estalló en abril de 2023 cuando el ejército, dirigido por Abdel Fattah al-Burhane, intentó integrar las RSF de su antiguo aliado y diputado Hemedti.

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