Pero estamos en Valonia, donde 10 parlamentarios comprometidos se están apretando un poco el cinturón (en ningún caso podrían superar una vez y media el salario de un diputado federal o valón), pero la cintura sigue siendo muy amplia.
Entre los diez, tres se encuentran en la provincia de Namur: Maxime Prévot, Benoît Dispa (Gembloux) y Christophe Bastin (Onhaye). El partido, liderado por el primer ayuntamiento, les deja la opción de donar su salario local “ya sea al CPAS de su municipio, o directamente a asociaciones locales o nacionales de su elección, o al movimiento nacional que luego lo donará a asociaciones sociales, ambientales o filantrópicas”.
Mucho menos asignación al CPAS
El Onhaytois Bastin eligió el CPAS en su municipio. Pero después de la deducción de impuestos y gravámenes sobre sus emolumentos de alcalde. Recibe 2.400 euros netos como alcalde, pero al final son unos 1.000 euros mensuales los que donará al centro público de acción social. Su cálculo: “En una legislatura, son 12.000 euros multiplicados por 6, o 72.000 euros para el CPAS”. Precisión: “Esto significa que la asignación municipal al CPAS podría disminuir en consecuencia”.
Todo un juego de vasos comunicantes: el sueldo del alcalde lo paga el Municipio, él lo devolverá, sin deducciones, al CPAS, todos los meses, a partir de finales de este mes de enero. El camino del dinero público es bastante original.
Grandes diarios
Queda el problema de la disponibilidad para cada mandato. Los Engagés defienden que es importante un vínculo fuerte con las realidades locales, pero ahora dentro de una cierta sabiduría salarial. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿no merece un mandato dedicarle el 100%? ? Christophe Bastin responde que no tiene problemas para organizar su tiempo desde hace bastante tiempo. Él domina: “Soy parlamentario desde 2010, y desde hace 30 años en el colegio municipal”. Divide su tiempo entre Onhaye, el parlamento valón y el parlamento de la Federación Valonia-Bruselas (un día cada dos semanas). En la FWB es miércoles: “Voy a la Comuna y luego a Bruselas”. Y así todo funciona bien, asegura el político. Mientras que en Onhaye no tiene oficina, ni siquiera secretaria.
Todo lo contrario que el alcalde de Namur, que tiene colaboradores. Afortunadamente porque es diputado federal (por tanto en Bruselas), presidente del partido y, por el momento, negociador de un gobierno federal. Unipersonal, que también es el alcalde de Gembloux, Benoît Dispa, diputado valón, pero también ocupa la presidencia del parlamento de la Federación Valonia-Bruselas. Superacumulativo.
Para impresionar, los Engagés titularon su reciente comunicado de prensa a modo de eslogan: “Nuestros diputados de alcalde ejercerán su función de alcalde de forma gratuita a partir del 1 de enero”. Teniendo en cuenta los ingresos globales que aún reciben (y la pensión que tendrán), quizá resulte un poco excesivo hablar de voluntariado. Pero es un buen truco de relaciones públicas.