El resultado lo esperaban no sólo toda la industria del libro, sino también sectores enteros de la economía suiza que esperaban la posibilidad de asestar un golpe a la isla de los altos precios. La librería líder de la Suiza francófona debería poder abastecerse en el futuro directamente de Francia en las condiciones vigentes en Francia, descartó el policía anticártel.
Es una realidad indiscutible: la isla de altos costes penaliza duramente a los consumidores y a las empresas suizas. La revisión de la ley sobre cárteles, que entró en vigor hace casi tres años, debía dar un nuevo impulso a la lucha contra un fenómeno que se considera, a veces erróneamente, imposible de contrarrestar. Pero los procedimientos son complejos y llevan tiempo.
La revisión de la Ley de Cárteles introdujo el concepto de “poder relativo de mercado”. Es evidente que una empresa ya no necesita estar en una posición dominante para caer dentro del ámbito de prácticas ilícitas. Pero esta nueva norma legal ha dado lugar a menos quejas de las esperadas, y las empresas a menudo temen represalias.
Este veredicto es una pequeña victoria.
Payot intervino para cuestionar lo que consideraba un aumento indebido del precio de los libros impuesto a los libreros suizos. La empresa ahora gana su caso. Queda por aplicar concretamente la decisión de la Comisión de Competencia (Comco), siempre que el grupo Madrigall no recurra y este expediente no se convierta en una batalla judicial interminable.
Luego le corresponderá a Payot demostrar que al presentar la denuncia la empresa no sólo pensaba en sus márgenes, bajo presión, sino también en sus clientes. En cualquier caso, los precios suizos nunca podrán igualar a los de Francia, debido al nivel significativamente más alto de salarios y cargas, como ya advirtió la marca.
Lo cierto es que el veredicto sobre Comco representa una pequeña victoria. Esta primera decisión, en principio, podría tener un efecto indirecto sobre otras empresas y otros sectores de actividad. Además, es posible que algunos proveedores se sientan alentados a volver a la mesa de negociaciones y finalmente ofrecer precios razonables. Para aliviar realmente el bolsillo de los consumidores.