Este sol es un elemento en la decoración. La caja del libro, un fiel centinela apostado al pie de las escaleras que conducen a la calle de Porte-Clos-Haut, desapareció la noche anterior.
Ofrecido por el Club de Leones
Una “desaparición” de la que el alcalde de la ciudad, Marc Gricourt, dio explicación en las redes sociales: esta caja de libros, con forma de casita, fue vandalizada y su contenido se derramó por el suelo. “Increíble y triste”deplora al funcionario electo que critica a un “Acto inexplicable y completamente estúpido. »
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Los daños materiales, por supuesto, pueden parecer limitados: este pequeño quiosco (en total hay unos quince en la ciudad) fue ofrecido por el Club de Leones e instalado en diciembre de 2017. Como es habitual en las cajas de libros, cualquiera puede dejar o pedir prestado un reservar gratis. Así que no había ningún baúl que saquear. Pero el símbolo es fuerte: atacar los libros puestos a disposición de todos es un acto de estupidez insondable, cuyas razones plantean interrogantes.
Si son de origen etílico, aconsejamos a los autores de esta degradación que consulten el trabajo de Antoine Blondin, a quien “lentes de contacto” inspiró algunas páginas geniales. Y si fuera puro nihilismo lo que guió a los vándalos, los remitiríamos a esta máxima de Montesquieu: “Una hora de lectura es el remedio soberano contra los disgustos de la vida. »
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