leímos el libro de Xavier Niel, aquí tenéis las 7 anécdotas más jugosas

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Después de una exposición individual en el Olympia que causó revuelo, aquí está el libro. A principios de octubre, Xavier Niel y su mejor amigo Jean-Louis Missika publicaron el libro “Unas ganas de hacer un lío” publicado por Flammarion. Este libro, que toma la forma de una conversación entre dos amigos (un poco como un podcast), analiza las diferentes etapas del viaje del “alborotador de las telecomunicaciones”.

Desde su infancia en Créteil hasta su estancia en prisión, pasando por la escuela 42 y, por supuesto, Freebox, Xavier Niel regresa con su optimismo, sus bromas y su lenguaje sin filtros en un viaje tan atípico.

En lugar de resumir la historia del joven residente de Créteil de familia modesta que se hizo multimillonario, elegimos 7 anécdotas al menos tan jugosas como las salidas mediáticas de Xavier Niel.

Escuela 42: fracaso americano

© Escuela 42

Uno de los grandes orgullos de Xavier Niel es sin duda la Escuela 42, esta institución única en su género que forma gratuitamente y sin profesores a los desarrolladores del mañana. A pesar de un concepto innovador, no en todas partes se ha logrado el éxito. Xavier Niel revela en el libro las dificultades encontradas a la hora de establecer la escuela en Estados Unidos.

“Pensamos que funcionaría como una carta en el correo”confiesa. “Pero nos encontramos con una cultura completamente diferente”. El modelo de formación gratuita sin título, tan innovador en Francia, no ha encontrado público al otro lado del Atlántico. “Los estadounidenses no entendían por qué ofrecíamos algo gratis. Pensaron que tenía que haber una trampa”explica Xavier Niel con un toque de amargura. “Si hubiéramos dicho que la tarifa de inscripción era de 200.000 dólares, tal vez habría funcionado. Pero no lo intentamos”.

Esta experiencia, sin embargo, le permitió al emprendedor aprender valiosas lecciones sobre la adaptación de sus conceptos a nivel internacional. El caso de Argelia es el ejemplo perfecto. En varias ocasiones, Xavier Niel viajó a suelo argelino en compañía del Presidente de la República para fundar la Escuela 42. Pero el fantasma de la colonización siempre se lo impidió. El proyecto sigue en su mente pero no quiere apresurar las cosas.

El hackeo de los teléfonos del Elíseo

© Shutterstock

La anécdota más jugosa del libro es sin duda aquella en la que Xavier Niel cuenta cómo, con 18 años, consiguió hackear los teléfonos del Elíseo. En 1986, el joven Xavier, ya apasionado de la informática y las telecomunicaciones, fue contactado por el DST (antepasado de la DGSI) para una misión particular.

“Querían demostrar la vulnerabilidad del sistema de comunicaciones presidencial”explica. “Conseguí interceptar llamadas salientes del Elíseo en apenas unas horas”. Esta proeza técnica, realizada con la aprobación de los servicios secretos, permitió al DST obtener una prórroga presupuestaria para reforzar la seguridad de las comunicaciones presidenciales.

Xavier Niel añade con picardía: “Nunca escuché las conversaciones de Mitterrand, pero podría haberlo hecho. ¡Era una gran responsabilidad para un chico de 18 años!”

Su estancia en prisión

Prisión
© Saad Chaudhry / Unsplash

Un capítulo entero del libro está dedicado a un episodio poco conocido de la vida de Xavier Niel: su encarcelamiento en 2004 en relación con un caso de presunto proxenetismo. Aunque finalmente se benefició de la desestimación de los cargos, estas pocas semanas tras las rejas tuvieron un profundo impacto en el empresario.

“Fue una experiencia traumática, pero también muy educativa”confiesa. “Comprendí la importancia de la libertad y desarrollé una nueva empatía por aquellos que están excluidos de la sociedad”. Esta experiencia fortaleció su determinación de triunfar y demostrar su inocencia.

Xavier Niel cuenta, no sin cierta emoción, cómo este período difícil también reveló la lealtad de sus allegados y de sus equipos en Free. “Nunca dudaron de mí y continuaron haciendo avanzar la empresa en mi ausencia. Fue entonces cuando entendí que había construido algo sólido”.

Más tarde, cuando regresó a Créteil, su ciudad natal, para hablar en un instituto, explica que los jóvenes accedieron a escucharlo cuando les contó que había pasado un tiempo en prisión.

El Minitel: un pequeño milagro para Francia

Minitel Francia Télécom
© Francia Télécom

El libro también regresa al Minitel. Xavier Niel recuerda la epopeya de este “pequeño milagro para Francia”. Con una mezcla de admiración y pesar, analiza los puntos fuertes y débiles de esta innovación francesa que precedió a Internet.

“El Minitel fue fruto de la genialidad de uno o dos tipos que tuvieron el coraje político de Giscard que dio luz verde”explica. “¡No debemos olvidar que hemos equipado a todos los hogares franceses con un Minitel!”

Sin embargo, Xavier Niel señala la gestión burocrática que siguió a esta innovación inicial. “Después confiamos todo eso a la administración. Y ahí fue con fuerza”se lamenta. Para él, este episodio ilustra perfectamente las dificultades de Francia para transformar sus innovaciones en éxitos duraderos a escala mundial. Esto no le impidió hacer fortuna con el Minitel rosa antes de construir la Ilíada.

Los orígenes de Freebox

Caja Internet Freebox
Freebox Ultra © Móvil Gratis

El libro también revela los inicios del Freebox, esta pequeña caja única en su género en la época que revolucionó el acceso a Internet en Francia. Xavier Niel cuenta con pasión cómo nació la idea a partir de una simple observación:

“Queríamos que la gente pudiera tener Internet en casa sin necesidad de una computadora”.

Revela los obstáculos técnicos y financieros que tuvieron que superarse para hacer realidad esta visión. “Nos dijeron que era imposible, que costaría demasiado. Pero persistimos”recuerda. Además, su mejor amigo, coautor del libro, lo conoció en ese momento mientras trabajaba en una empresa de inversión. Tuvo que decidirse por el proyecto Free, que en aquel momento era una completa locura. Pero la determinación de Xavier Niel dio sus frutos: Free se ha convertido en un actor clave en el panorama de las telecomunicaciones francesas.

Xavier Niel también comparte una anécdota divertida sobre la elección del nombre “Freebox”: “Queríamos un nombre que se destacara. Alguien sugirió en broma ‘Freebox’ y nos hizo reír. ¡Al final lo conservamos!”

Call center: los “trabajadores del siglo XXI”

Gestión del centro de llamadas
© PeopleImages.com – Yuri A – Shutterstock.com

Xavier Niel también regresa a la controversia del call center. En una intervención pública, describió a los empleados de estas estructuras como“Trabajadores del siglo XXI”una formulación que sorprendió en su momento.

En el libro, Xavier Niel vuelve a esta afirmación.“Fue muy incómodo. Quería decir que es un trabajo muy duro, pero no usé las palabras adecuadas”. explica. A continuación, detalla su visión para mejorar las condiciones laborales en este sector, en particular mediante la creación de minicentros de llamadas de menos de diez personas.

“Lanzamos un experimento hace cinco años”dice. “Hoy en día, más del 40% del apoyo ya se hace de esta manera y continúa desarrollándose”.

Estación F: el encuentro con François Hollande

La historia de la creación de Station F, la incubadora de empresas emergentes más grande del mundo, ocupa un lugar importante en el libro. Xavier Niel relata en particular su sorprendente encuentro con François Hollande, entonces presidente de la República.

“Hollande vino a visitar el sitio de construcción de la Estación F”recuerda Xavier Niel. “Me dijo: ‘Es fantástico lo que estás haciendo, pero ¿cuánto le va a costar al Estado?’ Tuve que explicarle que se trataba de un proyecto enteramente privado, financiado con mis fondos personales”.

Esta anécdota ilustra, según Xavier Niel, la dificultad que tienen algunos políticos para diseñar proyectos de gran escala sin intervención estatal. “Invertí 250 millones de euros en la Estación F”precisa. “Para mí era importante hacerlo solo, demostrar que el espíritu empresarial francés podía lograr grandes cosas sin subvenciones”.

En revanche, XAvier Niel también se benefició de las ideas del presidente Hollande. Durante la presentación del proyecto, el jefe de Free explicó a François Hollande que quería crear un centro de 1.000 empresas emergentes. Una cifra tan impresionante como simbólica. Y François Hollande respondió: “¿Pero está seguro de que hay 1.000 empresas emergentes en Francia?”. De hecho, impulsado por su optimismo, Xavier Niel había olvidado este pequeño detalle.

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