“Siento que es el final”

“Siento que es el final”
“Siento que es el final”
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Los fanáticos de Johnny Hallyday nunca olvidarán el día 5 de diciembre de 2017. El día que falleció su ídolo.

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Esa noche, Johnny recibe como todos los días la visita del Dr. Delgado, en la sala médica que le sirve de último refugio, en su casa de Marnes-la-Coquette.

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“Laeticia sale de la habitación de Johnny alrededor de las 9 de la noche para reunirse en la cocina con su amigo Jean-François Piège y su gran amiga Hélène Darroze, dos chefs con estrellas de renombre, además de otros amigos. Se organizó una cena. “Fue muy amistoso”, recuerda Sébastien Farran, el manager de Johnny, que estuvo presente esa noche.

“Johnny tuvo un repentino antojo de langosta. El chef estrella le asó una, mientras Laeticia le hizo una tarta de manzana”, cuenta Anne-Sophie Jahn, periodista de Le Point, en un libro que recorre los últimos días del rockero, publicado por Grasset a principios de mayo.

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Además del médico, otros dos familiares acompañan a Johnny Hallyday (nombre real Jean-Philippe Smet, su padre era belga) en la habitación donde descansa. Está Karl, el guardaespaldas de la estrella y el conductor de Laeticia. Conoce a Johnny de memoria, lo ha visto todo, lo ha oído todo, sin revelar jamás el más mínimo secreto. Un fiel entre los fieles, que vive en casa de los Taulier. Y luego está “Dada”, su preparador físico que lo acompaña en cada gira desde hace más de 30 años. Una profunda amistad une a los dos hombres.

Todos sienten que el rockero vive sus últimos momentos. “El jefe está sufriendo por parte de todos sus integrantes, no quieren hacerle daño. Poco a poco recupera la conciencia. Agarra la cruz de oro blanco y diamantes firmada por Harry Winston que siempre lleva alrededor del cuello. El metal está tan frío como su piel. Se lo entrega a Dada: “Toma, se lo darás a mi esposa. Siento que este es el final. Es bueno “.

Johnny y Laeticia en Cannes en 2009. – AFP

Johnny se dirige entonces a Karl, su guardaespaldas: “Prométeme quedarme con mi esposa y mis hijos. »

No tenia tiempo…

Sus hijos, precisamente. Su hijo David había intentado ver a su padre unos días antes. En vano. “¡No quiero ver a nadie, no me muero, carajo!” », critica el rockero, que todavía quiere creerlo. Lo mismo ocurre con Laura y Nathalie Baye, su primera esposa. David dejará una carta que confiará a la niñera de su padre. Johnny nunca lo leerá: la enfermera no tuvo la oportunidad de entregárselo a tiempo.

Esta tarde del 5 de diciembre de 2017, cuando los amigos empiezan a salir de la casa de Marnes-la-Coquette, Johnny cierra los ojos. Ya no habla. No te muevas. A las 22:10 horas, la estrella respira por última vez en brazos de su amigo Dada. Unas horas más tarde, en la madrugada del 6 de diciembre, la noticia dio la vuelta al mundo, las radios, periódicos, televisiones de Francia y Bélgica hablaban de nada más.

” Perdiste peso “

Tres días antes, el 2 de diciembre, el intérprete de Allumer le Feu todavía estaba en compañía de Jean-Claude Camus, su histórico productor. “Has perdido un poco de peso, necesitas animarte ahora, porque tienes que terminar algunas voces en el álbum”, le dijo este último.

Además del médico, dos hombres están junto a la cama de Johnny, en su lecho de muerte: Karl, su guardaespaldas, y Dada, su preparador físico. Dos amigos leales…

Es un eufemismo decir que Johnny es flaco. Sin aliento, inestable sobre sus piernas, sufre todos los días. Intentó volver a los escenarios, pero su participación en la gira Vieilles Canailles con sus amigos Jacques Dutronc y Eddy Mitchell casi le cuesta la vida. Johnny se sentía mal y ya se imaginaba, como Molière, muriendo en el escenario. En el estudio, las cosas no son mucho mejores: le falta el aire y le administran enormes dosis de morfina para intentar aliviar el dolor. En resumen, ya nada va bien. Aunque no quiera admitirlo, el rockero está viviendo sus últimos días.

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