Las múltiples vidas de los libros o cómo los lectores han cambiado sus hábitos

Las múltiples vidas de los libros o cómo los lectores han cambiado sus hábitos
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¿Creías que para conseguir libros había que buscar una librería o una biblioteca? Esto es sólo parcialmente cierto. “Leer de otra manera” es el tema de nuestra revista regional: un foco en el mercado del libro de segunda mano, que crece cada vez más. De este modo, los lectores pueden combinar sus convicciones ecológicas, preservar sus carteras y satisfacer su deseo de leer cada vez más libros.

¿Qué lector eres? ¿Compulsivo, contemplativo, perezoso o concentrado? ¿Qué haces con tus libros una vez que los has leído? ¿Los estás almacenando metódicamente en tu biblioteca personal que está empezando a ceder bajo su peso? ¿O sirven como mesita de noche, soporte para muebles oscilantes o cualquier otra conversión para uso personal?

Un equipo de investigación regional viajó a través de Champaña-Ardenas para observar las otras vidas de nuestros libros. Los que escaparon de la basura o del mortero. Aquí hay tres razones para ver “Leer diferente”, disponible en repetición aquí, entre dos lecturas.

Es una pequeña tienda ineludible situada en un callejón cubierto en el corazón de Reims (Marne). Una librería muy pequeña formada por sucesivos estantes correderos, que existe desde hace 90 años. “Es un lugar legendario aquí” exclama un cliente. Aude Dupays, la librera, reconoce que gestionar su librería “¡Es Tetris y optimización!”. Quiere ofrecer tantas opciones como sea posible porque quiere satisfacer a todos, incluso a aquellos que no han encontrado lo que buscaban. “Quiero tener tantas opciones como sea posible. Porque tengo personas que vienen a mi tienda con un pedido particular que yo no tengo; pero como tengo la opción, pueden salir con algo en lo que no habían pensado en absoluto”. el arte del comercio.

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Aude desliza sus estantes para descubrir los otros libros en su librería.

© Teddy Caruel / FTV

Pero el librero de hoy también es aquel que vende en línea, como Aude Dupays, que, no contenta con administrar su tienda, también vende libros en todo el mundo gracias a Internet. “¡Tenemos que ver qué podemos vender! ¡No he vendido esto en tiendas durante 20 años y ahora irá a Australia!” sin mencionar que permite la venta de acciones.

Librero online, librero también ambulante, que acerca el libro al lector, como hace Jennifer Foutrier en el sector de Troyes (Aube).

Un mercado de segunda mano, tradicional o modernizado, que compra y revende a precios bajos; pero que ha tenido que adaptarse y que hace las delicias de los grandes lectores, o de los coleccionistas que buscan esa perla rara.

Están las tiendas Emaús imprescindibles, las ferias de papel usado, pero otras asociaciones de integración o caritativas aprovechan este golpe de suerte para ganar un poco de dinero. Es el caso de la asociación “Au fil des chemins” de Vitry-le-François (Marne). Aquí vienen personas que quieren limpiar un poco sus casas o que han heredado de un antepasado lector para deshacerse de sus existencias de libros antiguos. Liliane y Denis son uno de ellos: “ vamos a mover, así que nos vamos. Queremos compartirlo con otras personas.“.

El sistema funciona tan bien en esta asociación que para liquidar los depósitos parte de los libros se venden por kilos.

La tendencia ya no es tirar sistemáticamente para deshacerse de ello. A medida que se han multiplicado las asociaciones que recogen libros, es más fácil para los particulares dejar las cajas en un lugar cercano a casa, con un plus de sensación de buena conciencia. Altruista y ecológico a la vez, donar a una asociación es un acierto.

Y ese es el regalo absoluto. Dejo, tomo, descanso o no. ¿Quién da, quién lee? Señor y señora todos. En ocasiones son las bibliotecas municipales o los centros vecinales los que abastecen los depósitos.

Pascal Labelle (diputado de cultura de la ciudad de Reims) explica: “Ellos [les livres] provienen del desmalezado de nuestras bibliotecas. Libros que eliminamos porque son menos leídos, más antiguos, porque los tenemos duplicados, para hacer espacio y dar cabida a nuevos lanzamientos. Nos llegan 15.000 nuevos documentos, tenemos que dejarles espacio”.

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Las cajas de libros se han quintuplicado en siete años.

© Teddy Caruel / FTV

Las cajas de lectura se han multiplicado por cinco en siete años.

Las obras ya no se consideran sólo bienes de mercado, sino intercambios culturales y sociales que aportan felicidad a quienes las tienen en sus manos.

Encuestas regionales “Leer diferente”

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