Libros. Leemos “Baumgartner”, la última novela de Paul Auster

Libros. Leemos “Baumgartner”, la última novela de Paul Auster
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El héroe de la nueva novela de Paul Auster es muy consciente de envejecer. Seymour Baumgartner, a quien todos llaman Sy, tiene setenta años. Si logra recordar llamar a su hermana menor como le prometió, olvida la sartén en la estufa y se quema la mano. Nuestro hombre todavía vive en la casa que compartió durante veintiséis años con su esposa amante de la libertad. Han pasado diez años desde que Anna Blume murió, brutalmente arrastrada por una ola en la playa de Cape Cod. Traductora y poeta, Anna es autora de un único libro de 112 páginas, “Lexique”, que reúne 98 poemas elegidos por su marido y publicados por Redwing Press.

Devastada por su muerte, Sy tardó mucho en recuperarse de su ausencia. Tenía que seguir avanzando. Ensayista, investigador y docente en Princeton, Nueva Jersey, el hombre que dice haber pasado su vida “en el reino de lo tangible” tiene nueve obras en su haber desde la publicación inaugural de “The Incarnate Self” publicada en 1976. La siguiente parece girar en torno a Kierkegaard, otras germinan en su mente.

Paul Auster no ha perdido su toque

Llena su soledad pidiendo libros online que le permiten recibir la visita de Molly, la repartidora de UPS. O al descubrir la amabilidad y la benevolencia espontánea de Ed, el encargado del parquímetro, afortunadamente presente cuando cae por las escaleras del sótano.

Aunque la memoria inmediata de Baumgartner no es óptima, nunca olvidó acontecimientos del pasado. Como un viaje familiar a Washington, en la primavera de 1956. Una escena que presenció casi cincuenta años antes en el metro de París, provocando una reacción extrema y humillante. El día que su padre, Jacob, un judío polaco, compartió con él tres vasos de slivovitz [un spiritueux slave sec, NDLR] tras el feliz anuncio de la obtención de una beca. ¡O aquella en la que su madre, encargada de confeccionar un vestido de novia, se lo hacía poner para poder hacer los retoques finales a falta de cualquier otro modelo! Y luego están todas las horas que pasó con Anna. Se conocieron en 1968 cuando ambos eran estudiantes. Sus sonrisas, sus abrazos en el minúsculo apartamento del 85mi West Street, sus intercambios nunca se interrumpieron hasta el final…

dejamos llevar y encantar por la pequeña música que emerge del sutil “Baumgartner” mientras acompañamos las preguntas de su entrañable protagonista siempre en busca de luz y compartir. Paul Auster demuestra aquí que no ha perdido su toque. Que siga siendo un escritor de primer nivel capaz de ahondar en las pequeñas cosas de la existencia para sacarles el máximo partido. Nunca, a lo largo de las páginas del delicado “Baumgartner”, siente la necesidad de alzar la voz. La simplicidad que demuestra aquí es un gran arte.

“Baumgartner”, de Paul Auster, traducido del americano por Anne-Laure Tissut, ed. Actes Sud, 208 p., 21,80 €. Libro electrónico, 15,99 €.

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