La universalidad de volverse femenino | Serie limitada

La universalidad de volverse femenino | Serie limitada
La universalidad de volverse femenino | Serie limitada
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Rose y Solange, las dos heroínas de “Making a Woman”, son dos amigas de la infancia muy diferentes. Ya los hemos encontrado en dos novelas de Marie Darrieussecq, “Clèves” y “Hay que amar mucho a los hombres”. Sus figuras nos permiten abrazar la universalidad de lo femenino, del devenir femenino.

Retomando el principio clásico de dos historias que coexisten y reflejan la visión de los mismos acontecimientos por parte de cada una de las jóvenes, la autora coronada con el Premio Medici en 2013 cuenta el destino de dos chicas de secundaria en los años 1980. Las seguimos hasta. se asientan en la edad adulta. Ella relata las ilusiones perdidas pero obsoletas, los peligros recurrentes antes del #meetoo en el universo heterosexual, pero también este fervor por la vida que toda mujer experimenta durante su destino… sin tener siempre la opción.

Como siempre ocurre con Marie Darrieussecq, la realidad está ahí, en toda su crudeza, y la novelista no hace ningún favor a sus personajes: ¿cuántas cobardes, aceptaciones, renuncias, se hace una vida en nombre de la búsqueda de la felicidad a pesar de los determinismos? Las jóvenes se configuran con y contra un lenguaje que no está en sintonía con la realidad y los clichés de su microcosmos.

Desde la primera página se plantea la divergencia de destinos entre las dos mejores amigas que han perdido el contacto: Rose “busca en Google” a Solange y la encuentra “paparazada” en Los Ángeles. Leemos, “desde el patito feo del pueblo hasta esta gallina de Hollywood, la metamorfosis siempre deja a Rose atónita”. La historia puede comenzar. Drama fundacional en un pueblo del suroeste de Francia: Solange la rebelde queda embarazada a los 15 años. Rose, la buena estudiante, sueña con el amor, que incluye el amor físico. Entre recuerdos crudos, anécdotas, confesiones, se desarrolla una vida en su intimidad.

La autora es una maestra en el arte de la linterna mágica, mezclando en el torbellino de su escritura recuerdos y reflexiones de la heroína y escenas seleccionadas en fragmentos de sinécdoque de raro poder evocador: el viaje de estudios a Madrid en plena Movida; primera experiencia profesional como psicólogo en un hospital psiquiátrico; ataques comunes al transporte público; el SIDA ; la caída del muro de Berlin.

Las vidas de Rose y Solange son dos vidas francesas entre millones, pero Marie Darrieussecq sabe cómo hacerlas ejemplares. Rose resulta ser una Emma Bovary de mirada lúcida. Su noche de bodas, cuya historia Flaubert no habría negado, habría bastado para desesperarla. Pero Rose será una Emma sin arsénico, sin agonía. En 2024, ¿la novela podrá prescindir del sensacionalismo, a menos que las mujeres sean simplemente más resistentes? Solange, con padres fracasados, será salvada por un profesor de francés que la introduce en el teatro. Creyendo como su amiga Rose en su destino, la que sólo desempeña un papel secundario en la secundaria Antígona conquistará Hollywood.

“Hacer una mujer” está escrito en tercera persona. A dos terceras personas, deberíamos decir. Marie Darrieussecq es una virtuosa de la libertad de expresión indirecta: sus personajes abandonan la adolescencia y se convierten en adultos consumados, sus palabras cambian. Encontramos su cruel ironía nacida del aislamiento de su heroína, fuera de sintonía con quienes la rodean. Sin embargo, la parte de la historia “Después de Rose” termina con “Por el momento están en la cama bajo los techos de París. Ellos están juntos. Sueñan con un futuro inagotable. » Triunfa la alegría de vivir, y también la amistad, entre Rose y Solange. “Apenas lo capta y algo explota entre ellos, como si su amistad se uniera, allí, bajo el sol del amanecer, con este contacto ardiente en la mano de Rose. » Antes o después de la era #meetoo, “Making a Woman” es un libro universal sobre la tan necesaria amistad entre mujeres, a pesar del caos del mundo y los malentendidos.

“Hacer una mujer”, de Marie Darrieussecq (ed. POL, 332 páginas)

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