Cadena perpetua para el padre y la madrastra de Sara Sharif. Esta niña de 10 años fue torturada durante varios años antes de ser asesinada en agosto de 2023, al suroeste de Londres (Reino Unido). Su cuerpo fue encontrado sobre una cama de la casa familiar, con importantes huellas de violencia física.
El padre, Urban Sharif, de 43 años, fue condenado a un mínimo de 40 años de prisión. Ésta es la pena más grave. La suegra, Beinash Batool, de 30 años, fue condenada a 33 años de prisión. El tío Faisak Malik, de 29 años, que vivió con la pareja durante varios meses, tendrá que permanecer detenido durante 16 años para poder “causó o hizo posible la muerte” de la niña. Oraciones que reflejan “la crueldad y gravedad de los crímenes cometidos”, estimó la fiscalía en un comunicado de prensa publicado tras las condenas.
Quemaduras de hierro, golpes con un bate de críquet, cabeza atrapada en una bolsa de plástico… El juez del tribunal lo calificó como “tortura” los abusos infligidos a Sara Sharif durante los dos años anteriores a su muerte. La autopsia concluyó que Sara Sharif murió por complicaciones derivadas de alrededor de 100 heridas y negligencia, pero no pudo definir con precisión qué provocó su muerte. Notó múltiples fracturas, hematomas e incluso marcas de mordeduras. Junto al cuerpo, la policía encontró una nota escrita atribuida a su padre: “Quien lea esta nota, soy yo, Urban Sharif, quien mató a mi hija golpeándola”.
El día después de la muerte de la niña, los tres acusados huyeron a Pakistán con los otros cinco niños, antes de regresar sin ellos un mes después al Reino Unido, bajo presión de la familia de Sharif, según el juez. Fue entonces cuando arrestaron al trío. La familia era conocida por los servicios sociales y la escuela había presentado tres informes. El padre acabó anunciando en abril de 2023 que su hija recibiría educación en casa tras una mudanza.
En un texto leído durante el juicio, Olga Domin, madre de Sara Sharif, describió “sádicos” el acusado: “Ni siquiera esa palabra es lo suficientemente fuerte para calificarlos, pero yo diría que son verdugos”. Sara y su hermano mayor fueron colocados en hogares de acogida varias veces y luego fueron devueltos con su madre, que vive en Polonia, antes de que un juez los confiara a su padre en 2019, a pesar de su carácter violento.
Este asunto ha causado gran preocupación sobre la capacidad de la sociedad británica para proteger a los niños, llegando incluso a denunciar al mundo político. “El Estado le ha fallado a demasiados niños en los últimos años, está claro que debemos actuar” suplicó la ministra de Educación, Bridget Phillipson, el martes a la BBC.
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