La ley para devolver a los operadores privados al redil público recibió luz verde de la Cámara de los Lores el miércoles por la tarde. Dos tercios de los británicos apoyan el plan de renacionalización, tras años de malos resultados en el sector ferroviario.
Un guiño del calendario a la huelga de la SNCF este jueves 21 de noviembre contra “privatización de baja intensidad”. El Parlamento británico ha aprobado la ley para renacionalizar progresivamente el ferrocarril en el Reino Unido, donde la mayoría de las empresas ferroviarias están privatizadas desde hace tres décadas. Esta ley, una vieja promesa del Partido Laborista, recibió luz verde el miércoles 20 de noviembre de la Cámara de los Lores, la cámara alta del Parlamento británico, después de una votación que rechazó por una estrecha mayoría una enmienda de la oposición conservadora. Aún debe ser promulgado por el rey.
La reforma incorporará a los operadores privados al redil público cuando expiren sus contratos –o antes en caso de mala gestión– y los consolidará en un organismo llamado “Great British Railways”. Según el gobierno, esto evitará pagar compensaciones a los operadores actuales, cuyos distintos contratos expirarán en 2027.
Retrasos y entradas caras
Los laboristas señalaron, poco después de la elección del Primer Ministro Keir Starmer el 4 de julio, tras catorce años de gobiernos conservadores, “años de desempeño pobre e inaceptable” en el sector ferroviario. Dos tercios de los británicos apoyan el proyecto de renacionalización. Según una encuesta de Yougov de principios de septiembre, el 77% considera que los billetes son demasiado caros y el 51% se queja de los retrasos, pero el 50% aprecia la calidad de los trenes y el 64% está satisfecho con la variedad de destinos.
La privatización de los operadores ferroviarios tuvo lugar a mediados de los años 1990 bajo el gobierno del Primer Ministro conservador John Major. Pero desde entonces la red ferroviaria ha vuelto a ser de propiedad pública, gestionada por la empresa Network Rail. Cuatro de cada catorce operadores en Inglaterra ya habían vuelto al control público en los últimos años debido a sus malos resultados. Pero la idea hasta ahora era gestionarlos temporalmente antes de regresar al sector privado.
Los principales operadores de Escocia y Gales también han vuelto a cotizar en bolsa recientemente. El sindicato ferroviario TSSA acogió con satisfacción “un momento histórico que allana el camino para el regreso de nuestros ferrocarriles a la propiedad pública, donde pertenecen, como un servicio vital”. Los ferrocarriles británicos han sufrido una ola de huelgas en los últimos años bajo la presión de la crisis de poder adquisitivo provocada por la inflación.
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