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Irak confinado para su primer censo nacional desde 1987

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El último censo nacional data de 1987, durante la guerra entre Irán e Irak, cuando el ex presidente iraquí Saddam Hussein estaba en el poder. Irak tenía entonces 16,6 millones de habitantes, frente a los 42 o 43 millones actuales. Desde entonces, el país ha vivido campañas genocidas contra los kurdos, la Guerra del Golfo en 1990, la invasión estadounidense en 2003, seguida de una guerra sectaria, el terrorismo de Daesh y la masacre de los yazidíes, a las que se sumaron las últimas decenas de miles de personas desplazadas por el clima a lo largo de los años.

Fuerte impacto político

El gobierno espera que los datos recopilados permitan asignar mejor los recursos financieros a las regiones, reducir la pobreza y el analfabetismo e invertir eficazmente en infraestructuras que tanto faltan en todo el territorio.

Pero este inventario minucioso preocupa a los iraquíes: “Mi familia tiene pánico: entre matrimonios, divorcios, los que se fueron después de la invasión estadounidense y los que regresaron, los residentes oficiales de nuestra casa son completamente diferentes a los que viven allí, explica Yasser, de 28 años, que vive en un barrio sunita de Bagdad. Realmente no tenemos elección, es casi imposible obtener una tarjeta de residente, porque necesitamos dos testigos que den fe de nuestra dirección, pero nadie quiere testificar, porque es un compromiso legal, y en Irak también se considera arriesgado. ¡Pero sin cédula de residente, sin cédula de identidad, sin cédula de identidad, sin trabajo ni acceso a la universidad! Seguramente nos multarán mucho… Mientras tanto, iremos de compras y nos prepararemos para el confinamiento”.

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Se espera que el censo tenga un fuerte impacto político, ya que Irak se gobierna según cuotas religiosas y étnicas, que deben reflejar la composición de la población, tanto a nivel nacional como local. Será necesario actualizarlos, incluso en territorios en disputa, como la ciudad rica en petróleo de Kirkuk (este), reclamada por Kurdistán. Para estas pocas regiones, los resultados sólo se harán públicos cuando se haga una comparación con los datos del censo de 1957, que es la referencia. Kurdistán, que tiene un estatus autónomo y ha acogido a muchos desplazados internos, ya está considerando renegociar al alza su parte del presupuesto federal.

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