Cadáveres, excrementos, animales demacrados: decenas de perros fueron rescatados el lunes de una granja de cría en Hungría, un caso considerado sin precedentes por los activistas de las ONG presentes en el lugar.
«Nunca había visto condiciones tan atroces”, dijo a la AFP Richard Kapin, presidente de la asociación Fans for Animals. “Estos animales fueron explotados únicamente con fines de reproducción y el dinero de la venta de los cachorros nunca se reinvirtió para mejorar su bienestar”.
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Fue en una propiedad aparentemente opulenta en el pueblo de Koszegpaty, cerca de la frontera con Austria, donde los animales fueron hacinados, encerrados en jaulas y “bañándose” en tierra, según el relato de las ONG, entre ellas una decena de personas que participaron en la operación.
La policía allanó el lugar la semana pasada, así como otro sitio a 50 kilómetros de distancia, ambos propiedad de una mujer austriaca. Objeto de una investigación por “crueldad hacia los animales”, es objeto de una orden de detención.
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En total, más de 100 perros fueron salvados y serán llevados a refugios, tras ser examinados por veterinarios. También se descubrieron ovejas, caballos y aves de corral.
“Los animales ni siquiera disfrutaban de condiciones mínimas de vida: agua potable y comida”, explicaron las autoridades locales en un comunicado de prensa, informando también del descubrimiento de numerosos “cadáveres carbonizados”.
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Kinga Schneider, portavoz de la Fundación Noah Animal Shelter, describió “un hedor terrible, perros asustados, suciedad y heces por todas partes”, incluso en su pelaje.
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Existen muchas granjas de mascotas en los países de Europa central y oriental que se unieron a la Unión Europea en 2004, donde los estándares sanitarios son menos estrictos y los costos más bajos que en el resto de Europa.
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Las asociaciones llevan años denunciando el tráfico internacional de cachorros en criaderos ilegales, destinados a la exportación a Europa Occidental, donde se venden en secreto.
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