“En el Bazar Internacional se puede viajar por todo el mundo”, afirma Ulrik Moller, uno de los organizadores de este evento que, después de más de 60 años, sigue atrayendo a decenas de miles de visitantes. Este fin de semana, los pabellones de Luxexpo the Box eran apenas reconocibles. Había que abrirse camino entre los numerosos visitantes y las gradas decoradas de todos los colores. Muchas banderas colgaban del techo, en un espíritu de diversidad y multiculturalismo.
Pero la presencia de un país en particular causó controversia. Frente a la tribuna de Israel, según los testigos presentes, los ánimos se calentaron. La policía, que ya se encontraba en el lugar debido al refuerzo de seguridad para este evento, tuvo que intervenir “por precaución”. Poco antes de las 15.00 horas del domingo, muchos visitantes todavía estaban almorzando. Charles y su grupo de amigos llegaron allí alrededor del mediodía.
Después de haber visitado el stand de China, Corea y Canadá, planearon visitar el stand libanés. “Cogemos platos pequeños para degustar el mayor número de cosas posible”, afirma Élise, amiga de Charles. Ioannis, de 35 años, vive en Luxemburgo desde hace siete y no ha faltado ni una sola vez al Bazar Internacional. A él también siempre le tientan las especialidades culinarias y de bebidas locales.
Un poco más lejos, el stand escandinavo fue la visita obligada del evento para muchos visitantes. “Somos el stand de Navidad”, afirma Raija, que se muestra encantado con el éxito que ha tenido este fin de semana. “Según nuestra cajera, 2024 podría ser nuestro mejor año”, sonríe.
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