El sobrino del asesinado presidente John F. Kennedy, un ex abogado de derecho ambiental sin formación científica, ha forjado una alianza improbable con el tribuno de 78 años desde que renunció a ser candidato presidencial independiente en agosto.
Ha difundido teorías de conspiración, en particular sobre las vacunas contra el Covid-19, y pide que se ponga fin a la adición de fluoruro al agua corriente. Esta medida destinada a prevenir las caries es considerada por la comunidad médica como uno de los mayores éxitos sanitarios del siglo XX en Estados Unidos.
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Lealtad y ruptura
No se trata de que Donald Trump repita lo que calificó como el “mayor error” de su primer mandato (2017-2021), en un podcast grabado a finales de octubre con el muy influyente Joe Rogan, a saber, elegir a “personas que estaban no leal.
“Las elecciones de Trump responden a dos criterios: lealtad y ruptura”, analiza para la AFP Todd Belt, profesor de ciencias políticas en la Universidad George Washington. Quiere rodearse de seguidores que “no vayan a perder el tiempo diciéndole lo que no puede hacer”.
Aún quedan por cubrir los puestos de Secretario del Tesoro, Oficial de Comercio Exterior y portavoz de la Casa Blanca, entre otros.
El presidente electo, que asumirá el cargo el 20 de enero, ya había causado conmoción el miércoles con sus elecciones para la dirección de inteligencia y el Ministerio de Justicia.
Sus nombramientos deberán ser confirmados por el Senado.
Los senadores republicanos son ciertamente mayoría, pero algunos no parecen entusiasmados con las personalidades designadas.
Así, Tulsi Gabbard, una desertora del Partido Demócrata conocida por sus posiciones favorables a Rusia, asumió como directora de Inteligencia.
Se unió al campo conservador durante un mitin de Donald Trump en octubre, y describió al republicano, parado a su lado con una sonrisa de aprobación, como un “presidente que tiene el coraje y la fuerza para luchar por la paz”.
El anuncio que, con diferencia, causó más revuelo fue el de Matt Gaetz como ministro de Justicia. Este atronador trumpista, sospechoso de tener relaciones con una menor de edad, lideró el derrocamiento del jefe republicano de la Cámara de Representantes en el otoño de 2022, sembrando un enorme caos político.
“Los contrapoderes en Estados Unidos no han desaparecido pero están muy debilitados”
Telegénica
Donald Trump, a excepción de una visita relámpago a Washington el miércoles, ha estado refugiado desde su victoria en su residencia de Florida. Según la prensa, elige a sus lugartenientes viendo los discursos televisados de los candidatos.
Su primer mandato había sido una sucesión de despidos espectaculares. Posteriormente, varios ex asesores o ministros se volvieron públicamente contra él.
Esta vez, el 45.º y pronto 47.º presidente de los Estados Unidos favorece a personalidades que a veces no tienen experiencia en el aparato estatal, pero que lo apoyan sin reservas.
Como Elon Musk, que encabezará una comisión para reducir el gasto público y la desregulación, cuyos contornos legales aún no están claros.
Varios futuros ministros o consejeros son invitados habituales del canal favorito de los conservadores, Fox News.
A Donald Trump, ex personalidad de reality shows y ávido consumidor de televisión, “le gusta la gente que se ve bien en la pantalla; eso es muy importante para él”, dice Todd Belt.
Para dirigir el Pentágono, Donald Trump eligió al presentador de Fox News, Pete Hegseth. El nombramiento de este exsoldado, sin experiencia en mandos de alto nivel, fue una gran sorpresa.
El futuro presidente, sin embargo, tomó una decisión que contrasta con esta búsqueda de lealtad absoluta: el senador de Florida Marco Rubio, con quien ha tenido relaciones conflictivas en el pasado, debe liderar la diplomacia.
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