PAGPara entender las elecciones presidenciales en Estados Unidos, debemos plantearnos no una sino dos preguntas distintas.
Por un lado, ¿cómo podemos explicar el voto a Donald Trump?
Por otro lado, ¿por qué Kamala Harris no logró movilizar a su electorado?
Comparemos los resultados (provisionales) de 2024 con los de 2020: Trump reúne aproximadamente el mismo número de votantes. Si gana por cuatro o cinco millones de votos es porque Harris se ha quedado muy por detrás de Joe Biden, probablemente por más de ocho millones (de 81). Por tanto, podemos estimar que una décima parte del electorado demócrata de 2020 se abstuvo en 2024.
Por ejemplo, en el estado de Nueva York, ganado por los demócratas, si, en términos porcentuales, Trump reduce la brecha a la mitad, su electorado se mantiene estable; pero Harris perdió casi un millón de votos. Ciertamente, la participación sigue siendo alta, pero ha disminuido. Si no se tiene en cuenta la abstención, podemos tener la ilusión de que una parte del electorado ha pasado de un bando a otro. Pero las elecciones no son un juego de suma cero. En realidad, el voto de Trump es estable; es el voto demócrata el que está disminuyendo.
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La abstención, por definición, no aparece en las encuestas a pie de urna. Sin embargo, la mayoría de las interpretaciones se basan en estos porcentajes de votantes. Tomemos el ejemplo de brecha de género, la brecha entre el voto de las mujeres y el de los hombres, que ha sido particularmente importante desde 1996.
Kamala Harris como Hillary Clinton
Al día siguiente de la decisión de la Corte Suprema contra el derecho federal al aborto en 2022, la movilización de las mujeres pesó en las urnas. En 2024, ¿no reforzaría esta tendencia el ostentoso sexismo de Trump? No fue así: ciertamente, Harris ganó entre las mujeres, pero menos que Joe Biden antes que ella, y también menos que Trump entre los hombres. Para explicar estos datos paradójicos, podemos formular la doble hipótesis de una fuerte movilización entre los hombres (incluidos los latinos) y débil entre las mujeres (al menos las blancas, ya que la mayoría de ellas dio su voto al candidato republicano). El voto masculinista acabó ganando así al voto feminista.
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¿Por qué se desmovilizaron las mujeres? La campaña de Harris recuerda a la de Hillary Clinton en 2016. Ninguno de los dos cuestionó las políticas neoliberales adoptadas por el Partido Demócrata. El final de la campaña empeoró las cosas: para ganar en el centro, Harris pareció ceder ante los intereses de las grandes empresas. Sin embargo, en Estados Unidos como en otros lugares, las votantes jóvenes son cada vez más liberal, es decir marcado hacia la izquierda (30 puntos más que los votantes jóvenes).
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