Bernadette Paty, 77 años, ex maestra de cabello corto y lentes finos, evoca a un Samuel Paty apasionado por la Historia desde su más tierna infancia. “Samuel era un intelectual. Él no era creyente, mi marido y yo no somos creyentes, pero él era muy respetuoso con todas las religiones”, explica.
En el palco, los imputados siguieron atentamente el testimonio de la madre de Samuel Paty, sin apartar la mirada ni agachar la cabeza. “Sabía que Samuel iba a mostrar estas caricaturas de charlie hebdo durante una lección sobre libertad de expresión. Estuvo de vacaciones con nosotros en agosto (2020) cuando preparó su curso”, continúa Bernadette Paty. Este detalle, “completamente olvidado”, dijo con una sonrisa triste, sólo volvió a ella en el momento de la tragedia.
“Nuestra vida desde entonces se ha convertido en un gran vacío”
“Perder un hijo en tales condiciones es insoportable e inaceptable. Perder a nuestro hijo porque mostró dibujos nos repugna. Nuestra vida desde ese día se ha convertido en un gran vacío”, explica Bernadette Paty. “Lo que le pasó es tan bárbaro e injusto que nunca podremos llorarlo. Espero que de este juicio se reconozca la responsabilidad de cada acusado y que las sentencias sean adecuadas”, insiste, todavía sin temblar.
“Estoy feliz de estar jubilado porque hoy los docentes enfrentan desafíos. No lo entiendo”, vuelve a lamentarse, en respuesta a una pregunta del tribunal. “Hoy disputamos, amenazamos y atacamos”.
En la sala del tribunal están presentes los profesores del complejo escolar Gambetta-Carnot de Arras, donde, tres años después de Samuel Paty, el profesor Dominique Bernard fue asesinado por un joven islamista radical ruso de origen ingush. “La herida que recibimos (el día de la muerte de Samuel Paty) es muy real. Es una visión que cambió para siempre nuestra visión de la vida”, explica Jeanne A., profesora como su expareja. “La injusticia que le pasó a Samuel nos obliga a caminar sobre la cuerda floja”, añade antes de reclamar “verdad y justicia”.
“Nunca aceptaré la más mínima excusa”
“Samuel no fue asesinado por mostrar caricaturas y cometer blasfemias que no tienen valor legal. Samuel fue asesinado por un islamista radicalizado en busca de la yihad (…) sobre la base de una campaña de infamia en Internet liderada por islamistas que exigían nada más y nada menos por su cabeza. Lo que está en juego es el islamismo y no las caricaturas, ni la libertad de expresión y menos aún el laicismo”, sostiene Mickaëlle Paty.
Gaëlle Paty opta por dirigirse directamente al acusado. “Lanzar una camarilla virulenta dirigida a mi hermano por su nombre e incitar a la acción, promover esta camarilla en las redes sociales y alentar actos (…) constituyen serias responsabilidades”, les dijo. “No basta con no ensuciarse las manos para no ser responsable de la muerte de mi hermano”, añade.
“Nunca aceptaré la más mínima excusa de personas que no reconocen su responsabilidad. Es totalmente indecente (…) Sin ti, Samuel estaría vivo hoy”, subraya Gaëlle Paty.
El último de los ocho acusados en ser interrogado al final de la primera semana del juicio, Yusuf Cinar, amigo íntimo del asesino, parece no haberla escuchado. “Disputo los hechos. Soy inocente desde hace cuatro años (…) No me gusta la etiqueta que me ponen. No soy un terrorista”, afirmó. El juicio está previsto hasta el 20 de diciembre.
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