Dos días después de iniciar una huelga de hambre para exigir el diálogo con el gobierno del presidente Arce, Evo Morales, cuya ambición es regresar al poder, denuncia “persecución total».
El expresidente boliviano Evo Morales acusó al Gobierno de ignorar su petición de diálogo, aunque pretendía poner fin a un mes de protestas que desembocaron en la toma como rehenes de 200 militares el viernes. “Pedí diálogo inmediato y la constitución de dos mesas de diálogo (…) Y la respuesta del gobierno fue arrestar (…) a los compañeros y llevarlos a La Paz“, afirmó el domingo en una breve entrevista con la AFP.
Sus partidarios comenzaron a bloquear las principales carreteras del país el 14 de octubre para denunciar lo que consideran un “persecución judicial» contra su líder, objeto de una investigación por la presunta violación de una joven de 15 años. Ahora también exigen la renuncia del actual presidente Luis Arce, a quien acusan de ser responsable de la escasez de combustible que vive Bolivia por falta de divisas para comprarlo.
El viernes, la policía, apoyada por el ejército, logró desbloquear una carretera cerca de Parotani (centro), un eje clave que une Cochabamba, capital del departamento del mismo nombre y bastión político de Morales, con la capital administrativa La Paz. . Según las autoridades, diecinueve policías resultaron heridos y 66 civiles fueron arrestados durante la operación.
“Persecución total”
«Esto es una persecución total.», denunció el domingo Morales, ex cocalero y primer indígena que gobernó Bolivia (2006-2019). El viernes anunció que iniciaba una huelga de hambre para exigir un diálogo con el gobierno del presidente Arce para que “establece (…) comités de discusión» político y económico.
El presidente Arce aseguró el mismo día que seguiría trabajando”hasta gratis» la ciudad de Cochabamba, donde el combustible es cada vez más escaso y los precios se disparan debido a los bloqueos de carreteras.
La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, dijo el sábado en un comunicado que la Defensoría del Pueblo del estado estaba negociando un diálogo. El gobierno está dispuesto a dialogar, pero “abordar cuestiones que conciernen al poder ejecutivo y no a otros órganos del estado“, enfatizó. Prada dijo que en otros llamados al diálogo, Morales había puesto como condición resolver la cuestión de su candidatura en las elecciones de 2025.
Luis Arce, ex aliado de Morales, llegó al poder en noviembre de 2020. Los dos hombres ahora compiten por el control de la izquierda y la nominación para las elecciones presidenciales de 2025, que Morales, de 65 años, quiere reclamar a pesar de una decisión judicial que lo inhabilita.
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