En un lenguaje explosivo, es la voz de la minoría y de los estragos del incesto la que Juliet Drouar hace oír con “Cui-Cui”, su primera novela, publicada este enero.
Es el año 2027, en Francia, los menores tienen derecho a votar y participar en la elección del Presidente de la República. El personaje principal tiene apenas trece años y también es el narrador, un adolescente que se considera masculino y a quien quienes lo rodean consideran femenino.
A medida que se acerca la votación, supervisada por la educación nacional, es también en el contexto escolar donde se sensibiliza sobre la cuestión de la violencia y las agresiones sexuales. Una acción preventiva que pone el dedo, y luego las palabras, sobre un pesado secreto que llevan consigo y que se refleja en sus carnes en brotes crecientes de eczema.
Fracaso. Me estoy licuando por dentro. Como sangre hirviendo que se desborda y vuelve a caer al quitar la sartén. Luego nada más, un interior inexistente, sólo la piel que pica como un montón de pequeñas agujas burbujeando en mi piel.
Un lenguaje rico e inclusivo
“Cui-Cui” está inervado de principio a fin por la creatividad. El lenguaje es rico, proveniente del verlan, diversas jergas, anglicismos, abreviaturas, onomatopeyas, metáforas, imágenes, referencias pop, musicales y cinematográficas, así como escritura inclusiva. Todo va acompañado de un estilo explosivo que se ciñe al personaje y a las realidades que atraviesa.
En esta primera novela, la autora Juliet Drouar consigue dar voz a la infancia, a esta población que tiene poca o ninguna voz, y para la que es difícil, incluso imposible, pensarse y reflexionar sobre sí mismo como niño y menor en sociedad. Pero esta novela es también un puro objeto literario jubiloso, nutrido del amor por las palabras y las lenguas habladas por todas las clases, generaciones y orígenes combinados.
Sin ser una obra autobiográfica, “Cui-Cui” se inspira en un período de la carrera del autor, cuya memoria pretende sacar a la luz. Porque para Juliet Drouar, que también es artista, terapeuta, activista queer e investigadora sobre cuestiones de dominación, es imposible fingir ser una niña.
Voy por la vida en una especie de tinnitus permanente. Una especie de niebla entre ella y yo.
Inclasificable, “Cui-Cui” toma prestado de la distopía, las novelas policíacas, los ensayos e incluso se convierte en un manifiesto político y una herramienta educativa documentada. Juliet Drouar parece permitirse todas las libertades, aunque eso signifique correr el riesgo de confundir o perder un poco a los lectores, sobre todo porque las ambigüedades permanecen hasta el final. Lo cual sigue una lógica ya que la impresión de niebla que experimenta Cui-Cui es quizás una de las definiciones más acertadas de la realidad de lo que sienten y viven los niños.
Céline O’Clin/sc
Juliet Drouar, “Cui-Cui”, éditions du Seuil, enero de 2025.
¿Te gusta leer? Suscríbete a QWERTZ, que adquiere un nuevo aire a principios de 2025, y recibe todos los viernes esta newsletter dedicada a la actualidad del libro elaborada por RTS Culture.