Desde que el derrumbe del tejado de una estación de autobuses el 1 de noviembre sumió al país en el luto, las manifestaciones y los bloqueos han aumentado, dando lugar en ocasiones a violencia denunciada por los manifestantes.
Publicado el 22/12/2024 19:52
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Decenas de miles de personas salieron a las calles de la capital serbia. Una nueva manifestación monstruosa tuvo lugar el domingo 22 de diciembre en Belgrado, con la población exigiendo que los líderes asuman su responsabilidad tras un desastre ocurrido el 1 de noviembre en la ciudad de Novi Sad, en el norte del país. Quince personas murieron al desplomarse el tejado de una estación de ferrocarril que había sido sometida a importantes obras de renovación. Desde entonces, los manifestantes han acusado a las autoridades de corrupción y control insuficiente.
El domingo pidieron la dimisión del primer ministro Milos Vucevic, así como del alcalde de Novi Sad, y exigieron que los responsables del caso comparezcan ante los tribunales.
Organizada por estudiantes, la manifestación del domingo también reunió a agricultores, actores y personas de toda Serbia para ocupar la plaza Slavija, bloqueando prácticamente todo el centro de la capital serbia.
Desde la tragedia, las tensiones siguen siendo altas en el país: se han producido manifestaciones y operaciones repentinas de bloqueos de calles durante quince minutos en todo el país, mientras que algunas concentraciones han provocado violencia. Así, los estudiantes también exigen que quienes los agredieron durante estas manifestaciones sean juzgados y piden la anulación de los cargos contra sus compañeros que participaron en las manifestaciones.
El sábado, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, dijo que no daría marcha atrás ante los manifestantes. Al mismo tiempo, alentó la concesión de subvenciones para la compra de apartamentos o casas para los jóvenes, lo que muchos vieron como un intento de aliviar su enfado.