Los sirios descubren cómo se organizó la represión en un centro de detención de la inteligencia militar llamado “rama 235”, considerado el peor destino después de la prisión de Saydnaya.
Publicado el 21/12/2024 15:41
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La caída de Bashar al-Assad en Siria, después de medio siglo de gobierno del clan familiar, es una oportunidad histórica para recopilar directamente pruebas de los crímenes del régimen. La Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP), creada en 1996, ha pedido que se preserven estos archivos porque los acontecimientos actuales podrían tener “un impacto directo” en la búsqueda de decenas de miles de personas desaparecidas.
Dentro del centro de detención de la inteligencia militar, llamado “Sucursal 235”, hay miles de documentos con registros esparcidos por todas partes. Una mujer vino aquí con su hermano en busca de información sobre su marido. Explican que hasta el momento no han encontrado nada pero que mantienen la esperanza: poco antes, un hombre descubrió, gracias a estos documentos, que su hermano había muerto.
Esta es la prueba de que todas estas notas manuscritas tan detalladas son decisivas. Hay un registro escrito, con números y nombres. Entre los motivos para realizar un arresto : “Influencer musulmán buscado por la división de seguridad política”, o “Causando problemas en la frontera entre Líbano y Siria”. Sobre una mesa se encuentran decenas de pasaportes sirios. “Aquí había hasta mujeres”explica una siria que nos muestra un pasaporte de mujer.
Están los documentos pero también los testimonios directos de miles de personas que han sido encerradas y que por fin pueden hablar. Ahmed, de 34 años, quiere mostrar su celular en el sótano.
Y cuanto más avanzamos, más tomamos conciencia del horror de este lugar. No hay luz y el olor es pestilente. “Ahí es donde dormimosmuestra Ahmed. Éramos 100 allí. Nos empujaron con los pies para entrar. Aquí nos estábamos pudriendo. Estaba durmiendo ahí mismo. Nos paramos en filas escalonadas para entrar. Nadie tenía un nombre aquí. Éramos números. Mi número era 73-8, celda 8.”
Una y otra vez esta fascinación por los números. Como indican muchas ONG: Siria era una máquina de matar “burocrática”.