(Washington) El tribunal de apelaciones del estado de Georgia ordenó el jueves la destitución del fiscal que procesa a Donald Trump y a 14 coacusados por intentos ilegales de anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, pero se negó a anular el procedimiento.
Publicado a las 12:46 p.m.
El juez de este juicio, Scott McAfee, había rechazado en marzo la petición de desestimación de la fiscal Fani Willis por una relación íntima con un investigador que había contratado en este caso, pero exigió una reorganización de su equipo.
El juez McAfee concluyó que no había pruebas suficientes de un “conflicto de intereses”. Pero, señalando “una apariencia de comportamiento inadecuado” y denunciando una “enorme falta de juicio”, exigió la retirada del expediente, bien a Fani Willis y su equipo, bien al investigador Nathan Wade. Este último dimitió entonces.
El tribunal de apelación, por decisión de dos jueces a uno, falló en contra del juez sobre la opción elegida, al considerar que se trataba de “uno de los raros casos en los que se requiere una renuncia y donde ninguna otra solución no será suficiente para restaurar confianza del público en la integridad de este procedimiento.
El tribunal de apelación afirma, en cambio, que los hechos no justifican “la sanción extrema que representaría la nulidad del auto de procesamiento” tal como solicita el imputado.
Tras la elección de Donald Trump el 5 de noviembre, su abogado en este caso, Steven Sadow, presentó un nuevo recurso el 4 de diciembre, pidiendo al tribunal de apelaciones estatal que se examinara “mucho antes de la ‘inauguración del presidente Trump’ el 20 de enero sobre su competencia jurisdiccional.
La invitó a declarar incompetente el sistema de justicia de Georgia para juzgar a quien “es ahora el presidente electo y pronto el 47mi Presidente de los Estados Unidos”, citando fallos en los dos procesos penales federales en su contra.
El fiscal especial Jack Smith recomendó y obtuvo a finales de noviembre la suspensión del proceso federal contra Donald Trump por intentos ilegales de anular los resultados de las elecciones de 2020 y por retener documentos clasificados tras su salida de la Casa Blanca.
Tras consultas, el Departamento de Justicia concluyó que su política desde el escándalo Watergate en 1973, consistente en no procesar a un presidente en ejercicio, “se aplica a esta situación sin precedentes”, explicó Jack Smith.
De los cuatro procesos penales contra Donald Trump, sólo en uno se celebró un juicio, en Nueva York, por pagos ocultos de 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels.
Fue condenado el 30 de mayo en este caso por “falsificación contable agravada para ocultar una conspiración para pervertir las elecciones de 2016”, pero su sentencia ha sido pospuesta varias veces.