En Siria, la caída del régimen de Bashar al-Assad abrió los ojos a innumerables abusos, como los cometidos en la prisión de Saidnaya, ahora conocida por su sobrenombre: “el matadero humano”. Si bien su liberación el 8 de diciembre fue publicitada en todo el mundo, el canal de televisión estadounidense CNN publicó un informe cuatro días después titulado “CNN es testigo de la liberación de un prisionero sirio retenido por la fuerza por Assad”.
En las imágenes, la corresponsal de CNN Clarissa Ward está acompañada de un hombre armado. Juntos abren una celda en esta prisión situada en Damasco y encuentran a un hombre, escondido bajo una manta, presentado como un civil llamado Adel Gharbal. Pero según Verify-sy, un medio de investigación sirio independiente que publicó una contrainvestigación el 15 de diciembre, fue un ex teniente de los servicios de inteligencia quien ocultó su identidad.
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Mientras el periodista acompaña al preso fuera de la prisión, diciéndole que el régimen ha caído, él dice que es de la ciudad de Homs, en el oeste del país, y que está encarcelado. “durante tres meses”. También afirma haber sido detenido por el Mukhabarat, el servicio de inteligencia militar sirio, e interrogado para dar los nombres de los terroristas.
La escena en la que este hombre encuentra la luz del día puede ser conmovedora, pero ciertos detalles rápidamente parecen sospechosos. A pesar del trato ultrabrutal reservado a los detenidos en las prisiones sirias, Adel Gharbal sale de su celda limpia y en buen estado de salud física, sin heridas visibles ni signos de tortura. La imagen parece absurda para alguien que habría estado aislado en la oscuridad durante noventa días. En cuanto a su comportamiento, que alterna entre serenidad y miedo, también plantea dudas sobre la autenticidad de la escena.
Finalmente, el contexto de esta liberación plantea interrogantes: la periodista de CNN no se dio cuenta del hecho – extraño – de que ningún otro detenido quedaba en la prisión cuando se encontró con Adel Gharbal, presentado simplemente como el último prisionero de Saidnaya.
Un torturador que se hace pasar por víctima
Por tanto, el equipo de Verify-sy llevó a cabo un trabajo de verificación. Veredicto: No encontró información sobre las circunstancias y la duración de la detención de Adel Gharbal en registros públicos. El equipo fue más allá y buscó cerca de Homs, su ciudad natal. Así descubrió que el verdadero nombre de Adel Gharbal es Salama Mohammad Salama. Esta revelación no pasa desapercibida, ya que el hombre es aún más conocido como Abu Hamza, un primer teniente de los servicios de inteligencia de la Fuerza Aérea Siria.
Según los medios de investigación, Abu Hamza gestionaba varios controles de seguridad en la ciudad y era “involucrados en robo, extorsión y coerción de residentes para que se conviertan en informantes”. Según los vecinos del barrio donde vive, su reciente encarcelamiento en Damasco –“que duró menos de un mes” – se debe a una disputa con un funcionario superior, en el marco del reparto de ganancias de los fondos extorsionados.
La conducta tranquila de Abu Hamza frente a la cámara de CNN esconde un pasado siniestro. Según Verify-sy, el hombre mató a civiles y fue responsable de la detención y tortura de muchos jóvenes en Homs, sin motivo alguno o con cargos falsos.
Pero los residentes de su barrio no se dejan engañar: dijeron a Verify-sy que Abu Hamza ha estado tratando de ganarse la simpatía desde la caída del régimen, alegando que fue “obligado” a cometer sus crímenes. El equipo periodístico también se enteró de que había desactivado sus cuentas de redes sociales y cambiado su número de teléfono, presumiblemente para borrar toda evidencia de su participación en los crímenes de guerra del régimen de Assad.